PAREN
EL MUNDO QUE ME QUIERO BAJAR
(Por Ernesto
Tenembaum)
Salga usted a la calle en un rato y haga el
siguiente ejercicio. Pregúntele a la primera persona si le parece legítimo
que alguien deje morir de hambre a su hijo discapacitado. ¿Qué supone que
ocurrirá?
Si la persona es educada, le dirá que no y se
alejará. O tal vez se asuste: tiene su lógica que una situación así sobresalte
a cualquiera.
O quizás usted reciba un insulto. Tipo:
-¡¿Cómo se le ocurre una cosa así,
pedazo de animal?!
Pruebe una segunda vez.
¿Qué cree que puede suceder?
Seguramente, lo mismo: un no extrañado, una
huida furtiva, una puteada.
Pruebe una tercera vez.
Hay altas chances de que la situación se
repita en alguna de sus variantes hasta el infinito.
¿Cuántas veces tendrá que hacer esta pregunta
para que alguien le responda que le parece razonable que un padre deje morir de
hambre a su hijo inválido? ¿Cinco mil? ¿Diez mil? Tal vez nunca ocurra.
Sin embargo, en algunos grupos
minoritarios esa pregunta suena razonable y alguien que afirma semejante
cosa puede ser, incluso, venerado. Lo curioso, para el caso, es que eso ocurre
entre algunas personas que tienen una enorme chance de llegar al poder en pocos
días en la Argentina. Varias de ellas admiran, pero admiran de verdad, a
un autor que sostuvo esas cosas: que un padre tiene derecho a dejar morir de
hambre a su hijo discapacitado.
Le cuento.
El miércoles pasado, la candidata a diputada
por La Libertad Avanza, Lilia Lemoine, anunció que presentará un
proyecto para permitirle a un hombre renunciar a su paternidad en caso que
una mujer lo seduzca “para que acabe adentro (sic)” o en caso de que “le pinche
un forro (sic)”.
Cuando se armó revuelo, Lemoine bancó la
parada como corresponde a alguien con convicciones.
“Menos Perón y más Rothbard”, escribió.
Para los más jóvenes: por Perón se refería a
Juan Domingo Perón, un presidente que fue muy importante durante el siglo
pasado. De allí deriva el adjetivo “peronista”. Cristina Kirchner y Sergio
Massa, por ejemplo, son peronistas, porque pertenecen al partido político
fundado por él.
Por Rothbard, Lemoine se refería a Murray
Rothbard un pensador libertario que le cambió la vida a Javier
Milei. El candidato a presidente ha contado varias veces su admiración por él.
“Cuando terminé de leer a Rothbard, dije: ‘Durante más de 20 años estuve
engañando a mis alumnos’”. Uno de los perros de Milei, de hecho, se llama
Murray en homenaje a ese señor.
Posteo de Lilia Lemoine
Debajo de la consigna -”más Rothbard, menos
Perón”- Lilia colgó la tapa del libro La ética de la libertad,
escrito por el norteamericano, y el siguiente párrafo, que serviría para
justificar su proyecto de renuncia a la paternidad:
“En la sociedad libre ningún hombre
puede tener la obligación legal de hacer algo por otro ya que eso invadiría los
derechos del primero: la única obligación que tiene un hombre es la de
respetar los derechos del otro. Aplicando nuestra teoría a los padres y a los
hijos, esto significa que un padre no tiene derecho a agredir a sus hijos pero
también que el padre no debe tener la obligación legal de alimentar,
vestir o educar a sus hijos”.
El texto que subió Lemoine se pone luego un
poco más picante:
“El padre debe tener el derecho
de dejar de alimentar a sus hijos, es decir, de dejarlo morir”.
Lo que ella no incluyó en su cuenta es lo que
se lee unas líneas más abajo. No creo que quisiera ocultarlo. Simplemente, no
formaba parte del debate.
Pero así continúa:
“Esta norma nos permite resolver
algunas cuestiones espinosas, entre otras si les asiste a los padres el derecho
a dejar morir (por ejemplo, no dándole alimentos) a un hijo deforme. La
respuesta es, por supuesto, afirmativa, en virtud de un a fortiori derivado del
derecho, mucho más general, de permitir que muera cualquier niño, deforme o
no”.
Deforme, escribió Rothbard.
Por supuesto, que Lilia Lemoine o Javier
Milei tienen todo el derecho del mundo a pensar lo que quieran sobre las
obligaciones de un padre hacia sus hijos o a admirar a quien sea. Eso no los
hace mejor o peor personas. Por lo que se ha visto en estos días en el mundo,
además, esta idea no es de las más horrorosas.
La objeción, además, no tiene nada que ver
con el hecho de que esa idea de Rothbard tenga alguna posibilidad de ser
llevada la práctica por Milei, o por los legisladores de La Libertad Avanza. No
es eso. Lo que es llamativo es el poder que probablemente van a tener
sobre nuestras vidas personas que admiran, en lugar de rechazar, a un autor que
ha escrito semejante cosa.
“Más Rothbard…”, propone la candidata a
diputada.
¿Pero cómo? ¿No es Rothbard quien escribió
que un padre puede dejar morir de hambre a un niño al que él mismo definió como
deforme?
Sí. ¿Y?
Bienvenidos a la nueva Argentina.
¡Libertad! ¡Libertad!
El párrafo citado por Lemoine pertenece al
capítulo “Los derechos del niño”, donde figura, precisamente, un concepto que a
Milei le ha traído problemas durante la campaña: el del mercado
floreciente de compra y venta de niños. Ese capítulo va a pasar a formar parte
en poco tiempo de la cultura política argentina.
Se trata de un texto realmente hipnótico, en
el sentido del término que cada uno le quiera dar.
”Si un padre puede tener la propiedad
de su hijo, puede transferirla a terceros. Puede dar al niño en adopción, o
puede vender sus derechos sobre él en virtud de un contrato voluntario. En
suma, tenemos que enfrentarnos al hecho de que en una sociedad
absolutamente libre puede haber un floreciente mercado libre de niños. Esto
suena a primera vista a cosa monstruosa e inhumana. Pero una mirada más atenta
descubre que este mercado posee un humanismo más elevado”.
-”Debemos empezar por reconocer que
existe ya de hecho este mercado infantil, sólo que, dado que los gobiernos
prohíben vender los niños por un determinado precio, los padres se ven ahora
obligados a entregarlos a centros de adopción de niños libres de cargas. Y esto
significa que el mercado de niños existe, sólo que el gobierno ejerce un
control máximo de los precios hasta reducirlos a cero y que restringe, además,
las operaciones mercantiles a unas pocas agencias privilegiadas y, por tanto,
monopolistas. El resultado ha sido un mercado típico, en el que al rebajar el
gobierno los precios del artículo muy por debajo de los del mercado libre, se
produce una gran «escasez» de bienes”.
-”La demanda de bebés y niños es de
ordinario muy superior a la oferta. Se da a la vez una amplia demanda
insatisfecha de niños por parte de adultos y parejas y un elevado número de
excedentes, de niños no deseados, desatendidos o maltratados por su padres”.
-”Si se permitiera el mercado libre de
niños, se eliminaría este desequilibrio y se llevaría a cabo una transferencia
de bebés y de niños desde padres que no los quieren o no los cuidan a padres
que desean ardientemente tenerlos. Todos los implicados: los padres
biológicos, los niños y los padres adoptivos que los compran saldrían ganando
en este tipo de sociedad”.
Más Rothbard y menos Perón.
Si las encuestas tienen algo de razón, Javier
Milei será el próximo presidente, más tarde o más temprano. La mayoría de las
personas tienen habilidades distintas, por ejemplo, para caminar y mascar
chicle. Por eso, puede ser que Milei admire a un pensador como Rothbard, al
punto de ponerle su nombre de pila a uno de sus hijos de cuatro patas, no le
parezcan aterradoras esas ideas y, al mismo tiempo, tenga buenas cualidades para
gobernar el país. Quién dice. Pero también puede ocurrir que sus criterios, sus
marcos conceptuales, sean los mismos para analizar la economía y la filosofía.
En ese caso, “Houston, estamos en problemas”.
La propuesta de la candidata a diputada
generó revuelo en las últimas horas de campaña, donde cualquier error puede
costarle a Milei una segunda vuelta. Eso se debió a que no es un hecho aislado.
De haberlo sido, habría pasado como una extravagancia. Lo que ocurre es que se
suma a tantas ideas y reacciones curiosas: el pago de la educación con
vouchers, la privatización de las calles, las puteadas al Papa, las peleas con
periodistas, la venta libre de órganos –que el viernes volvió a ser
defendida por Alberto Benegas Lynch hijo, otro de los ídolos de Milei--, la reivindicación
de la dictadura, la afirmación de que no pasa nada si una empresa contamina un
río, el revoleo de ministerios, las metáforas sexuales para explicar el rol
perverso del Estado (“el Estado es el pedófilo en el jardín de infantes con los
niños encadenados y cubiertos de vaselina”).
Hace pocas horas, “Bertie” Benegas Lynch,
agregó un nuevo hit. “Si alguien desea mandar a sus hijos a un lugar donde
una drag queen le pase los miembros por la cara, debería poder hacerlo”,
afirmó. “Yo no lo haría. Pero si alguien quiere hacerlo…”.
Eso dijo: que permitiría que existiera una
escuela donde las drag queen le pasen a los chicos por la cara sus miembros
sexuales.
No rebotó en ningún lado porque uno no da
abasto.
Esta noche se sabrá si todas estas propuestas
que circulan entre los suyos comenzaron a debilitar al gran protagonista de
estas elecciones. Hay una diferencia con lo que sucedió en las primarias. Hasta
ese momento, las dos fuerzas principales no consideraban a Milei una amenaza
real y preferían no agredirlo porque pensaban que sus votantes definirían
el balotaje. Entonces, se dedicaron a desgastarse entre ellas. Desde que
Milei ganó las PASO, se transformó en un blanco móvil. Con todos sus recursos,
las fuerzas mayoritarias intentaron instalar en el debate sus rasgos más
controvertidos.
El tema no es si eso afectó a su base, que es
la que vota con más convencimiento y fervor, sino si el bombardeo afecta su
crecimiento, que es lo que le permitiría ganar en primera vuelta, o -al menos-
sacar una ventaja que lo ubique al borde del triunfo. Algunos encuestadores
-entre ellos algunos que anticiparon lo ocurrido en las PASO- informan que en
las últimas semanas el libertario empezó a caer al nivel de las primarias, con
lo cual esperan otro escenario de tercios, con poca diferencia entre el primero
y el tercero. Los jóvenes libertarios que anticiparon el resultado de las PASO
en función a lo que leen que pasa en las redes anticipan que Milei siguió
creciendo en estos dos meses y que tiene chances de dar el batacazo esta noche.
Mientras tanto, qué rara es la vida.
¿Ustedes se dan cuenta las cosas que estamos
discutiendo?
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