DETRÁS DE LA FACHADA
Después del noticiero de las 8 pm prácticamente
con el plato de comida sin terminar se quedaba uno embelesado viendo en el
televisor americano en blanco y negro ese momento de alivio que le llegaba a la
familia cubana, y a uno, que con seis o siete años apenas comprendía los
delirios de un personaje como Bernabé, el marido de Monga, pero que con sus
movimientos y bufonadas de guapo
arrepentido, solo de verlo, te arrancaba una sonrisa aunque no quisieras. Quedo
en el recuerdo sus frases repetidas una y otra vez como “Atrevidoooo”, “Mentira,
tu me ta engañando”, “me siento porque me da la gana”, o aquella improvisada
como única vez que se hizo tan famosa entonces cuando Bernabé amenazando a su
nieto para que se portara bien, descargo aquello de “sino te portas bien, te
voy a castigar viendo muñequitos rusos”.
Es increíble como te viene a la mente esos
momentos donde Enrique Arredondo (Bernabé, Dr. Chapotin, Cheo Malanga, el
Negrito) rompiendo esquemas y libretos repetía una frase salida del barrio o acosaba
con sus besos largos y enmarañado a una Consuelito Vidal que no sabía dónde
meterse.
Estos recuerdo no vinieron solos, mi hija que
vive en Cuba, de vez en cuando (mas de vez que en cuando), me mantiene al tanto
con algunos programas que se ven o se vieron en la televisión cubana, y me había
comentado sobre “Vivir del cuento” con un Pánfilo que encarna al viejito del
barrio pendiente siempre de la libreta de abastecimiento como único sustento
real para su vida, gracias a la internet uno puede acceder a esos materiales y
disfrutarlo a 6500 km de mi Cuba, y es precisamente este personaje de Pánfilo
con su manera peculiar de caminar el que me hizo recordar a este otro Bernabé,
que todos los que vivimos los años 70 lo guardamos con tanto cariño. Dos épocas
distintas pero una única manera de seguir riéndonos de las realidades
cotidianas que aquejan al cubano de a pie detrás de la fachada.
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