Presidente
de Cuba Díaz Canel explica cómo se saldrá adelante después de la Pandemia y con
el bloqueo atroz de Estados Unidos (Discurso)
Reiteramos el saludo a todos los miembros del
Consejo de Ministros y también a los primeros secretarios del Partido y a los
gobernadores que se encuentran participando por videoconferencia.
Más que todo, quisiera detenerme en algunos
elementos de contexto, en algunos elementos también que tienen que ver con el
abordaje ideológico, con el abordaje político, con el aseguramiento político y
con la manera en que tenemos que trabajar para apoyar toda esta estrategia.
En primer lugar, todos partimos de que
estamos actuando en medio de un mundo que tiene una situación compleja, que es
totalmente desafiante, y que nosotros trabajamos o la vamos a enfrentar con la
convicción de que no podemos continuar haciendo lo mismo en un grupo de ámbitos
de nuestra vida económica, que haciéndolo de esa manera no está dando los
resultados que necesitamos.
Esta Estrategia se aprobó la semana pasada en
una reunión del Buró Político, presidida por su Primer Secretario, el General
de Ejército Raúl Castro Ruz, y hoy se ha traído al Consejo de Ministros para
aprobarla y también para informarles a los gobernadores, y de esta manera vamos
preparando todo el sistema de dirección que va a estar implicado con la
implementación de la misma.
Se ha partido de las Bases del Plan Nacional
de Desarrollo Económico y Social que se aprobaron en el Séptimo Congreso del
Partido, de la Conceptualización del Modelo Económico y Social que se aprobó en
el Séptimo Congreso del Partido y de los Lineamientos que se aprobaron en el
Sexto Congreso del Partido y fueron actualizados en el Séptimo Congreso.
Con eso, ¿qué hemos diseñado y que ya hoy
tenemos aprobado a diferentes niveles? Una estrategia de recuperación de
la COVID que nos va dando resultados; un Plan Nacional de Desarrollo Económico
y Social en un primer momento, en una primera etapa, en una primera versión que
ya aprobamos en el Buró Político y que vamos a llevar al Consejo de Ministros
la próxima semana, y una estrategia económica y social de fortalecimiento de la
economía para enfrentar la situación de crisis, que ya hoy queda aquí aprobada
en el Consejo de Ministros y que vamos a iniciar de inmediato su
implementación.
Para todo esto hemos partido de la situación
del mundo, de la situación del país. Hemos analizado todas las propuestas
que se han hecho en el debate público que hay de esto en las redes sociales, en
la Academia, en la propia población cubana. Se han tomado en cuenta los
criterios de todo tipo, incluso los que son contrarios a la Revolución, para
ver en qué elementos nos atacan, en qué están los focos de atención para
desmontar nuestro programa económico y social.
Por otra parte, como estamos partiendo de los
documentos aprobados por el Congreso del Partido, son cosas que se aprobaron;
es la implementación de cosas que han quedado postergadas en alguna medida,
pero que fueron aprobadas en un amplio debate popular que precedió al Congreso
y que se ratificaron también en la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Nosotros tenemos que reconocer que a nivel
global estamos asistiendo a la confluencia de una profunda crisis como
consecuencia del impacto de la COVID-19, del derrumbe definitivo que tienen los
paradigmas neoliberales que venía defendiendo el imperialismo en estos
momentos, del ejercicio abusivo que hay de la hegemonía imperial, que han sido
puestos al descubierto en el libro de Bolton al mostrar la perversidad de sus
prácticas, y aquí podemos mencionar algunas.
En ese libro se plantea cómo se hace presión
permanente sobre otros gobiernos, cómo hay un apoyo desembozado de golpes de
Estado e intentos de golpes de Estado, injerencia, violencia, amenaza de intervención
militar y despliegue ofensivo de fuerzas y bases por todo el mundo por parte
del Gobierno de los Estados Unidos; cómo hay una estrecha alianza de la
administración de los Estados Unidos con la contrarrevolución cubana y con la
oposición venezolana; cómo se ha reactivado la Doctrina Monroe; cómo se usan
las calumnias y mentiras como pretexto para la injerencia y el
intervencionismo; cómo se emplea también la corrupción y el soborno a gobiernos
de países para lograr sus propósitos.
En ese libro se demuestra la obsesión y la
saña que hay contra Cuba y contra Venezuela; cómo se orquestó la persecución al
combustible que necesitaba adquirir nuestro país, que fue lo que nos llevó al
primer momento en el que tuvimos que plantear un grupo de medidas a mediados o
a finales del pasado año. La falta de dignidad en el ejercicio de la
política.
En síntesis, podemos decir que cada página
del libro de Bolton corrobora la validez de las denuncias que ha hecho la
Revolución Cubana y de nuestras declaraciones sobre la indignante política
actual del imperio.
Por otra parte también tenemos que reconocer
que hay una profunda crisis en curso a nivel mundial, provocada por los
factores citados anteriormente y reforzada por los problemas que atraviesa la
administración norteamericana, y ustedes han visto todos los problemas
económicos que tienen, los problemas sociales, la manera irresponsable e
ineficiente con que han manejado el enfrentamiento a la pandemia: el país que
más riquezas tiene en el mundo, es el país que tiene más muertos y más
afectados por esa pandemia; el abuso policial, los problemas raciales.
Y a esa administración le molesta y le duele
el prestigio y los resultados de nuestro país. Eso explica el incremento
de su agresividad en estos momentos, que se manifiesta en constantes medidas
que aplica contra Cuba, en el incremento de la persecución financiera y el
congelamiento de cuentas bancarias y bienes cubanos en terceros países, que lo
tienen como una propuesta; en acciones orientadas a desprestigiar a los
dirigentes cubanos; en acciones buscando el recorte del envío de remesas a
Cuba; en la aplicación de sanciones contra empresas que mantienen negocios en
Cuba; en los permanentes intentos de crear condiciones para un estallido
social, y en los intentos de promover posiciones políticas opositoras dentro de
nuestras instituciones.
Por lo tanto, nosotros nos tenemos que ubicar
en un campo de batalla donde la estrategia enemiga está demostrando ser:
atacarnos por varios frentes y disparar por todos los flancos posibles.
Cada tema es un sector de fuego: toman el tema de las colas para el pollo y
apuntan al nivel de vida de la población; toman el tema del desabastecimiento y
atacan la gestión económica del Gobierno. Van al ataque incesante de todo
lo que se hace y promueven las instituciones del Estado o sus dirigentes para
desacreditarlos y su imagen es objeto permanente de escarnio y difamación.
En temas de derecho y sociedad no han
desistido en la búsqueda de puntos de quiebra en la unidad nacional, magnificando
los posibles disensos en asuntos sensibles como el matrimonio igualitario, el
racismo, la violencia contra la mujer, o el maltrato a los animales, por
mencionar algunos, en todos los cuales trabajamos seriamente para resolver
deudas de siglos que solo la Revolución en el poder ha enfrentado con
indiscutibles progresos.
Es importante comprender que mientras más
frentes logren abrir y mientras menor sea la capacidad de nuestras
instituciones políticas y sociales para resolver lo pendiente y demostrar con argumentos
las falacias inducidas, mayores resultados obtendrán los enemigos históricos de
la Revolución en su objetivo supremo detrás de todas las campañas que
organizan, que es denostar al Estado revolucionario y al sistema político,
mediatizar siempre en negativo y mostrar un caos en nuestra sociedad.
Hay mucho dinero corriendo, pero hay, además,
laboratorios ideológicos detrás de todo esto, porque los nuevos terrenos de
operación virtual y mediática han demostrado efectividad en cuanto a la
manipulación y a desarmar ideológicamente a los pueblos en nuestra región y en
el mundo.
Nosotros debemos ser capaces de generar
también, ante todo esto, una estrategia de comunicación con rigor, utilizando
incluso muchas de las herramientas que ellos emplean contra nosotros, pero
también creando nuevas herramientas más ajustadas a nuestra realidad y a la
singularidad de nuestro pueblo. De todos modos, no hay dudas de que la
manera más efectiva de comunicar es hacer las cosas y hacerlas bien.
Cuba, como pocos países de similar desarrollo, tiene la posibilidad de hacerlo
bien. Existen muchas instituciones, organizaciones y la infraestructura
necesaria para que tributen a la generación de esta estrategia y, lo que es aún
más importante, tenemos a las personas preparadas para ello, tenemos el capital
humano y revolucionario preparado para ello.
Tenemos que aprovechar todas nuestras
potencialidades, no podemos seguir anclados a formas de comunicar anteriores a
la era digital, y no podemos burocratizar los procesos ideológicos. La
comunicación social ha llegado, por fin, a los organismos del país; pero
tenemos que ser más proactivos, capaces de anticiparnos a las manipulaciones
mediáticas que van a tratar de imponer nuestros adversarios.
Ahora mismo, en estos momentos, en los
últimos días se ha estado especulando alrededor de algunas medidas que son
complejas y que no benefician a todos los sectores sociales por igual, pero que
se saben necesarias para remontar nuestros problemas económicos y que han sido
explicadas aquí por el compañero Alejandro. Inmediatamente han comenzado
a sembrar dudas y a alimentar la desconfianza.
El enemigo, con sus sistemas de medios y sus
mercenarios de turno, trabaja para sembrar desesperanza y desaliento. Hay
que ver cómo se rasgan las vestiduras y asumen roles de víctimas o de
pensadores ahora muy preocupados por el pueblo y por los trabajadores, algunos
que serían incapaces del menor sacrificio por la nación, y donde nunca hablan
de la verdadera causa o de la mayor causa de nuestros problemas, que se el
bloqueo, al que no son capaces nunca de repudiar ni condenar.
Sacan de contexto frases para ridiculizar
esfuerzos, hablan de un apartheid económico. ¿Se puede
cuestionar de apartheid económico a un país donde el Gobierno
todos los días se preocupa por cómo les llega la mayor parte de las cosas
posibles a todos por igual? Lo que pasa es que, ¿dónde está la maldad? —y
es de las cosas que tenemos que saber explicar bien—, en que han dicho que
vamos a cerrar las tiendas en CUC y que van a quedar nada más las tiendas en
moneda libremente convertible. Y no es así.
Nosotros vamos a mantener, a un costo
tremendo, un nivel de venta en las tiendas en CUC, fundamentalmente de
alimentos, de aseo, de la canastilla, leche en polvo, todo un grupo de cosas, y
que le van a llegar a todo el mundo, y se van a vender en CUC o en CUP, como se
plantea.
Vamos a vincular más actores económicos de
los que tenemos en el país, también para vender en esas tiendas y suplir otras
cosas en las cuales no podemos gastar hoy dinero en divisa, como son muebles,
calzado, ropas que hacen nuestros artesanos y que hace la industria nacional;
pero necesitamos vender una cantidad de mercancías en moneda libremente
convertible para tener divisas, para seguir ampliando esa venta y con esa venta
tener dinero para también una parte de ese dinero introducirla en la industria
nacional y que la industria nacional se convierta en una fuente de productos
para esas tiendas y para las otras, y, además, tener un dinero también que nos
permita en las otras tiendas poder sostener las otras cosas que queremos
vender.
Pero eso no lo han dicho ellos. Ellos
ayer salieron a las redes a decir: esta gente van a dolarizar la economía, van
a cerrar las tiendas en CUC y todo lo van a vender en divisas. Y el
pueblo trabajador —que tanto les “preocupa”— que gana en moneda nacional y que
puede con moneda nacional adquirir CUC va a quedar totalmente desamparado.
Esa es la matriz de opinión que están tratando de sembrar hoy en las
redes sociales.
Y alguna de nuestra gente, porque no hemos
dado la información todavía, porque estábamos preparando todas las medidas, se
van con eso y empiezan a mostrar insatisfacción, incomprensión, inseguridad,
empiezan a vaticinar que va a haber una situación compleja. No, no
vaticinen, hay una situación compleja desde mediados del pasado año, y todo eso
lo hemos ido superando. Pero la situación compleja no es de Cuba, es del
mundo. Y nosotros, en medio de esa situación, seguimos proponiendo cosas
para todos y buscando la solución para todos.
No hay ningún Estado en el mundo que se
preocupe porque todos sus habitantes coman todos los días. La gente llena
los mercados y compra el que puede y el que no, no, y eso no le interesa a
nadie. Aquí todos los días nos estamos desgastando en cuál es el
per cápita que va a llegar a la gente, de dónde sacamos un poquito para
distribuir de manera controlada y no por las vías normales de mercado.
Aquí se le dan las cinco libras de arroz por
la canasta lo mismo al campesino, que al que tiene una paladar, que al que vive
en una ciudad y trabaja por el Estado. Díganme en qué país del mundo se
viven esas cosas; porque también hay personas a quienes se les olvida en un
momento complejo la obra de la Revolución, y en los momentos complejos es donde
hay que sacar los argumentos de la Revolución y las fortalezas de la
Revolución. Hoy ningún Estado en el mundo ni ningún gobierno sale a
explicarle a su población por qué tiene que enfrentar una estrategia de impulso
a la economía ni cómo lo va a hacer, y aquí se va a explicar con toda
transparencia, en cada momento, de manera gradual, en la medida en que vayamos
aplicando las medidas.
Ahora bien, han sacado solo una medida
—claro, no conocen las otras—, y contra esa han bombardeado con todo su rencor
y todo su odio. Esa medida, dentro de todas estas, tiene menos peso,
pero, como ustedes han visto, esto es un sistema de medidas, y que está
orientado, precisamente, a eso, a fortalecernos, no solo para resistir, sino
también para salir adelante, avanzar y desarrollarnos.
Todo lo que estamos proponiendo y todo lo que
estamos trabajando se está haciendo para buscar un bien común, que es mejorar,
incluso, en condiciones de crisis.
En medio de eso, hemos tenido que hacer un
tremendo esfuerzo para lograr que, por la venta controlada, en julio y en
agosto lleguen productos adicionales a la población. Y sí, aparecerán a
la venta algunos alimentos en divisa a los que tendrá acceso una parte de la
población; pero a todos los cubanos, incluso a esos que tienen divisa, les
estamos garantizando, como mínimo, dos libras más de arroz en julio y en
agosto, y tal vez podamos dar hasta un poquito más a partir de otras gestiones
que se están haciendo.
Vamos a dar también una cantidad adicional de
granos, de frijoles, y estamos buscando también para dar una cantidad adicional
de carne de pollo. Todo eso en medio de esta situación. No es solo
una medida por aquí aislada y esta es la medida “estrella” —como lo han querido
demostrar— y la medida con la que hay que “atacar al Gobierno cubano, que no
tiene sensibilidad por su gente, que no reconoce las necesidades del pueblo
trabajador”. Esa es la mentira, la calumnia, la manera en que construyen
todas estas cosas.
Y hay desabastecimiento en las tiendas, sí,
¿y por qué lo hay? ¿Por qué Cuba no tiene más divisas? Entre otras
cosas, por el bloqueo, por la persecución financiera, porque no podemos
exportar todo lo que queremos; porque cada vez que le exportamos a alguien,
tratan de cortar esa exportación; porque cada vez que estamos gestionando un
crédito, tratan de quitarnos el crédito; porque tratan de que no llegue
combustible a Cuba y entonces tenemos que comprar en terceros mercados a un
precio más alto. ¿Por qué no se habla de eso? ¿Son esa gente
patriotas, están tan interesados de verdad por el pueblo, o lo que quieren es
un cambio de sistema donde se favorezca a una minoría?
Es cierto que con algunas de estas medidas se
corren riesgos: tendremos que enfrentar a los “coleros” de manera más decisiva
y más intensiva. Tenemos que enfrentar a los revendedores, que nos
complican la vida. Tendremos que enfrentar casos de corrupción, que
tratarán de aprovecharse de esta situación. Tendremos que enfrentar el
mercado ilícito de divisas. Pero para todo eso nosotros tenemos la fuerza
de la Revolución y la participación del pueblo, y lo que tenemos que lograr es
que el pueblo entienda bien por qué vamos a todas estas medidas.
Como Gobierno, por supuesto, nos corresponde
escuchar, atender, diferenciar la crítica honesta y la sugerencia valiosa del
acto malicioso y la propuesta impracticable; y nos toca responder, explicar,
argumentar y aplicar todo cuanto aporte. Solo así se gana la confianza de
las mayorías y se prueba que todo lo que hacemos, lo hacemos para salvar al
país y para avanzar.
El pueblo, del que formamos parte todos
nosotros, sabe distinguir lo legítimo de lo falso cuando participa activamente
en lo que hacemos para defender y fortalecer a la nación frente a la difícil
situación imperante, agravada por la amenaza imperial.
Todos los días estamos enfrascados en la
búsqueda de soluciones a los problemas, pensando y sintiendo como pueblo,
pensando y actuando para el bien de todos, y nos toca explicar que, en
ocasiones, para beneficiar a todos hay que implementar medidas que “parece” que
favorecen a pocos, pero que a la larga beneficiarán a todos.
Quiero recordar que en los últimos meses
hemos enfrentado numerosos intentos para impedir la llegada de combustible a
nuestros puertos, desabastecimiento de alimentos, insumos y materias primas
para sostener importantes procesos productivos, y sanciones que han mermado
nuestros ingresos en divisas en medio de la pandemia. Aun así elevamos,
hasta donde se podía, los salarios en el sector presupuestado; se evitaron los
apagones; mantuvimos la vitalidad de la actividad productiva, las inversiones
fundamentales para el desarrollo del país; aprobamos medidas para proteger y
atender a toda la población cubana, sin distinción, de los impactos de la
COVID-19.
Con sensible carencia de recursos logramos
controlar la pandemia y, aunque lamentamos la pérdida de 87 vidas por esa
causa, que es mínima comparada con lo que pasa en el mundo, nos consuela y
anima que no falleció ningún niño, ningún médico, ningún personal de la Salud;
que no colapsó nuestro Sistema de Salud; que la gestión del Gobierno favoreció
la acción integrada del Sistema de Salud cubano y de nuestros científicos con
indiscutibles resultados; que nuestros protocolos médicos salvaron más vidas
que los implementados en otros confines; que mantenemos una comunicación
transparente y sistemática a la población y que hemos apoyado a decenas de
países con nuestras brigadas médicas, ganando el respeto y la admiración del
mundo.
Con la satisfacción por esos resultados,
ahora vamos a concentrar los mayores esfuerzos en desarrollar acciones para
impulsar la economía.
La Revolución, en su devenir histórico, ha
probado de modo constante e invariable su vocación por la justicia social, y
eso nadie lo puede dudar. Nadie queda desamparado en nuestro país, así ha
sido, así es y será siempre. Nos debemos al pueblo al que pertenecemos,
lo respetamos y queremos y para su bienestar trabajamos.
Bajo esas premisas, que dan sentido a
nuestras vidas, nos hemos planteado cómo enfrentar la nueva situación que
impone el mundo pos-COVID-19, no solo para resistir, sino para avanzar y
fortalecernos.
Hoy se presenta aquí la Estrategia Económica
y Social para impulsar la economía, que parte de la necesidad de transformar el
comportamiento de la economía cubana con agresividad, intensidad e
innovación.
Desarrollar la economía significa ni más ni
menos que ofrecer mayor bienestar al pueblo. Se trata, en primer lugar,
de retomar todo lo pendiente de lo que aprobamos en el Congreso del Partido,
quitando las trabas identificadas en los constantes análisis de los procesos
económicos que hemos realizado.
Las transformaciones en marcha demandan la
aplicación de 209 Lineamientos. En todas hay oportunidades y riesgos que
debemos identificar, con la voluntad de corregir de inmediato todas las
posibles distorsiones. El peor riesgo estaría en no cambiar, en no transformar
y en perder la confianza y el apoyo popular. Lograremos apoyo popular
porque vamos a lograr bienestar y mejorías, y es obligado evaluar
constantemente el impacto político y social de cuanto apliquemos.
Las transformaciones de esta etapa se
implementarán de manera gradual, pero avanzando en todas simultáneamente con
toda la agilidad y la eficacia que el momento demanda, y de ahí somos muy
responsables los organismos de la Administración Central del Estado, las
instituciones estatales y también todas las estructuras de Gobierno a todas las
instancias.
Nos toca aprender a vivir con menos
importaciones y con más exportaciones, promoviendo la producción nacional para
satisfacer la demanda interna, potenciando los sistemas productivos
territoriales y locales —y aquí se tiene que reforzar el papel de los gobiernos
locales—, estableciendo una secuencia de acciones según prioridades, como se ha
planteado aquí.
Iniciaremos de inmediato las transformaciones
más urgentes y —reitero una idea que dio Alejandro— estamos convencidos y
decididos a aplicar todo lo que está en esta Estrategia; unas cosas se harán
más rápido y otras llevarán el tiempo necesario para terminar de
implementarlas, pero todo lo que está en esta Estrategia lo vamos a
aplicar.
Esta decisión exige preparación de los
organismos. Implementar una estrategia de comunicación que logre llevar
rápido y eficazmente la información al pueblo, cerrando todos los caminos a la
manipulación y las tergiversaciones oportunistas del adversario. Por eso hoy
hemos reunido al Consejo de Ministros y participan los gobernadores. La
próxima semana con esta información estaremos llegando a los presidentes de las
asambleas municipales del Poder Popular, a los secretarios del Partido en los
municipios y a los intendentes.
Hoy se inicia una serie de Mesas Redondas
para la explicación más amplia posible al pueblo y, poco a poco, en las Mesas
Redondas iremos informando las medidas que se vayan aplicando dentro de esta
Estrategia, sus alcances y también las valoraciones sobre la aplicación de las
mismas.
Se inicia ya, de hecho, entonces, un período
de implementación y control. Los temas más complejos, los temas que
llevan una valoración política más profunda los estaremos llevando también,
sistemáticamente, al Buró Político del Partido Comunista de Cuba, y ahí
estaremos viendo qué hay que aprobar, qué se va aprobando, cómo van marchando
todas las implementaciones. Y en octubre estaremos presentando esta
Estrategia a la Asamblea Nacional del Poder Popular, y, yo diría, más que todo,
ya estaríamos discutiendo los primeros resultados de la aplicación de la misma.
Y todo lo haremos en una secuencia, donde
ahora nos vamos a centrar en la producción de alimentos, en la soberanía
alimentaria y nutricional, que lleva importantes transformaciones: lleva
transformaciones en el sistema de estructura del Ministerio de la Agricultura,
lleva transformaciones en las empresas de la agricultura, lleva
transformaciones en la manera de relacionarse adecuadamente empresas estatales
con todas las formas de gestión y propiedad que aportan a la producción de
alimentos; lleva una transformación en el sistema de comercialización, lleva
incentivos, lleva apoyos en créditos; lleva el estudio de las posibilidades de
acciones bancarias de fomento a la agricultura. Lleva también la
posibilidad de que cualquiera de las formas productivas pueda importar insumos
que necesita, a través de empresas estatales, y también la posibilidad de que
cualquiera de las formas productivas pueda también exportar producciones para
tener, también, financiamientos en divisas que ayuden a reproducir, de manera
ampliada, su actividad económica.
Vamos a
insistir también en:
el
reordenamiento del comercio interior, con todo un grupo de elementos que aquí
se explicaron;
el
fortalecimiento de la empresa estatal socialista, donde lo primero que hay que
priorizar son las 33 medidas que ya tenemos aprobadas para lograr mayor
autonomía en su gestión;
la
transformación del entorno monetario en que opera la inversión extranjera, como
se explicó aquí;
la
modificación del sistema de distribución de divisas en la economía;
la
participación de la industria nacional como principal proveedor de bienes y
servicios que demanda la economía;
el
incremento y diversificación de las exportaciones, incluyendo, como decía, la
exportación de todas las formas de gestión, a través de empresas estatales de
Comercio Exterior;
el
perfeccionamiento del trabajo del sector no estatal, con prioridad inmediata en
la ampliación del trabajo por cuenta propia, de quitarle trabas;
la
eliminación del gravamen a la compra de dólares;
las
vías y mecanismos para la canalización de las remesas en función del desarrollo
económico y social;
el
diseño e implementación de incentivos fiscales para los exportadores;
el
diseño e implementación del mercado de deuda pública con participación de
diversos sectores.
Y en medio de todo eso, vamos a dar los
resultados de los últimos análisis para completar toda la envergadura que
abarca la Tarea de unificación monetaria y cambiaria, para aprobarla en el
menor tiempo posible, y también implementarla, cuando esté aprobada, en todo su
conjunto, y que ella, por sí sola, cuando la implementemos, va a quitar muchas,
casi la totalidad de las trabas que hoy tenemos para el desarrollo de las
fuerzas productivas en nuestro país.
Compañeras y compañeros:
He pensado que podríamos definir nuestra
Estrategia como un plan que defiende un ideal; no como una idea de perfección,
sino como suma de los Objetivos a conseguir en el siguiente orden:
Implementar los acuerdos del Congreso del
Partido y cumplir con las demandas populares emanadas del debate popular de sus
lineamientos.
Derrotar la política del bloqueo.
Enfrentar la crisis global y multidimensional
que el neoliberalismo y la pandemia han exacerbado.
Aplicar ciencia e innovación a todos los
procesos productivos y dinámicas sociales para afianzar el desarrollo.
Legitimar y afianzar el ideal socialista como
único camino hasta ahora conocido hacia la prosperidad con justicia social.
Si unimos las letras iniciales de estos cinco
Objetivos fundamentales, leeremos: IDEAL.
Cuba vuelve a ser retada por un desafiante
contexto mundial y una agresiva política imperial. No lo busca, pero no
le teme. ¡Contamos con una historia suficientemente grande e inspiradora
para lanzarnos a la pelea!
A esa historia suman ahora los ánimos renovados
y enaltecidos por la consagración y el talento de nuestros científicos y
nuestro personal de la Salud, que nos han colocado entre los países que han
logrado controlar y vencer a una pandemia terrible, en medio de las más atroces
políticas de bloqueo y persecución financiera y las más indignantes campañas de
descrédito de nuestros héroes: los colabores de la Salud.
Hace exactamente veinte años, en una pieza
oratoria que se convertiría en su Testamento Político, nuestro Comandante en
Jefe nos legó el concepto de Revolución, del que hoy tomamos algunas ideas
fundamentales, enlazadas con lo que estamos proponiéndonos con la Estrategia
que aprobamos hoy:
“Revolución es sentido del momento histórico;
es cambiar todo lo que debe ser cambiado (...); es emanciparnos por nosotros
mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas
fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender
valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio...”
Ante estas ideas insuperables de la obra
construida en más de sesenta años de lucha y sacrificios, reiteramos:
¡Pudimos! ¡Podremos! Pudimos enfrentar y controlar la pandemia.
Podremos enfrentar y controlar la crisis.
¡Fuerza Cuba, que seguiremos viviendo,
impulsando la economía y venciendo!
Como nos enseñó a decir siempre, desde esta y
otras tribunas, el General de Ejército, quien sigue comandando a la
Revolución: ¡Viva Cuba Libre!
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