Viaje a la Luna

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Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

miércoles, 20 de enero de 2021

EL MISMO PERRO CON DIFERENTE COLLAR

Al menos el establishment en Los Estados Unidos de América está consciente de que son un Imperio, decadente añadiría yo, pero Imperio al fin. Hoy será el cambio de collar, la rabia es la misma pero con “algunos buenos modales”. Trump con más de 70 millones de voto, saco a relucir la parte más agresiva, en palabras y no tanto, de una nación que se ha autoproclamado el gendarme del Mundo. Con respecto a Cuba y Venezuela se emplearon a fondo para ganarse a la fanaticada de Miami, y echaron por tierra toda la “distensión” que produjo el gobierno del primer afroamericano, que por cierto dejo en boca un sabor agridulce, pues con una sonrisa en sus labios le daban el “premio Nobel de la Paz” y con esa misma mueca elegante, agredía con sus marines como nunca antes. Igual, debe ser “difícil y frustrante” llegar a ser el CESAR No. 12 y no lograr rendir a una pequeña isla, que le ha dado batalla hace ya más de 60 años, no por gusto esos manotazos de ahogado, sin embargo el “nuevo perro” que ocupará la oficina oval, tendrá el candor de un cachorro urbano que se baña y come bien todos los días, pero no dejará de ladrar para marcar su territorio, que por cierto, incluye el nuestro también como “propio”.

Acá dejo las primeras declaraciones de quien estará a cargo de la Secretaria de Estado del nuevo gobierno en USA y un análisis de algunos de los perros que acompañarán al “cachorro simpático” en la Casa Blanca.

El futuro secretario de Estado de Joe Biden dijo que continuará reconociendo a Guaidó como presidente interino de Venezuela y calificó a Maduro como un “dictador brutal”
(Infobae)

Antony Blinken, nominado a secretario de Estado por el mandatario electo de EEUU Joe Biden, anticipó este martes cómo prepara su agenda e hizo especial énfasis en la relación que mantendrá con Venezuela, China, Irán e Israel.

Durante una audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado para su confirmación en el cargo, Blinken declaró que el gobierno de Biden intentará “dirigir más eficazmente” las sanciones a Venezuela, buscando más asistencia humanitaria para el pueblo venezolano. Además, dijo que continuará reconociendo a Juan Guaidó como presidente interino y calificó a Maduro como un “dictador brutal”.

Blinken advirtió que en la Casa Blanca se mantendrá “el reconocimiento al presidente Guaidó y a la Asamblea Nacional democráticamente electa en 2015 como la única institución legítima en Venezuela, buscando aumentar la presión sobre un régimen liderado por un dictador brutal como lo es Maduro”.

Y aseguró que, debido a que el régimen de Maduro continúa en el poder, el gobierno de Biden analizará nuevas medidas para lograr la libertad en Venezuela. “Necesitamos una política efectiva que permita restaurar la democracia en Venezuela con elecciones libres y justas”, agregó.

“Creo que hay algunas cosas que podemos considerar, en particular una mejor y más fuerte coordinación y cooperación con países afines. Tal vez debamos estudiar la forma de orientar más eficazmente las sanciones que tenemos para que los habilitadores del régimen sientan realmente el impacto de esas sanciones”, explicó Blinken. “Y ciertamente creo que hay más que debemos tratar de hacer en términos de asistencia humanitaria, dado el tremendo sufrimiento del pueblo venezolano, así como ayudar a algunos de los países vecinos que han soportado la mayor parte de los refugiados de Venezuela”, aseveró.

Por otro lado, Blinken también señaló que el presidente Donald Trump “tenía razón” al tener una “posición más dura frente a China”, al tiempo que señaló su “desacuerdo” sobre la estrategia del mandatario republicano “en muchos puntos”.

“El principio básico era correcto”, dijo a los senadores sobre la firmeza mostrada por el gobierno saliente. “Debemos enfrentar a China desde una posición de fortaleza, no de debilidad”, indicó para acotar que esto implicaba “trabajar con los aliados en lugar de denigrarlos, participar y liderar las instituciones” internacionales en vez de abandonarlas.

Acuerdo nuclear con Irán

Además, afirmó que Estados Unidos regresará al acuerdo con Irán si Teherán vuelve a cumplirlo, en tanto buscará junto con los otros signatarios fortalecerlo y hacerlo más duradero.

El presidente electo Joe Biden “cree que si Irán vuelve a cumplir (el acuerdo), nosotros también”, señaló Blinken. “Pero usaremos eso como plataforma con nuestros aliados y socios, que volverán a estar del mismo lado que nosotros, para buscar un acuerdo más fuerte y duradero”.

Un nuevo acuerdo podría abordar tanto las “actividades desestabilizadoras” de Irán en la región como sus misiles. “Dicho esto, creo que aún estamos muy lejos de allí”, señaló, agregando que estará atento a los próximos pasos de Irán.

El presidente Trump abandonó en 2018 el acuerdo nuclear con Irán negociado durante la gestión de su predecesor, Barack Obama, firmado además por Alemania, Francia, Reino Unido, Rusia y China. Bajo ese acuerdo, rubricado en 2015, se prometió a Irán aliviar las sanciones económicas que pesaban en su contra a cambio de una drástica reducción de su programa nuclear.

Conflicto israelí-palestino

Asimismo, Blinken añadió que Estados Unidos propiciará “la solución de dos estados” para el conflicto israelí-palestino durante el gobierno de Joe Biden. Dijo que esa es “la única manera” de resolver el conflicto, aunque reconoció que no es una solución “realista” en el “corto plazo”.

“La única forma de asegurar el futuro de Israel como un estado judío y democrático y de dar a los palestinos un estado al que tienen derecho es a través de la llamada solución de dos estados”, aseveró. Pero dijo creer que “siendo realista, es difícil ver perspectivas a corto plazo para avanzar en eso”.

“Sería importante asegurarse que ninguna de las partes tome medidas que dificulten aún más el ya complejo proceso”, advirtió.

La Autoridad Palestina rechazó mantener contacto con Trump, al acusarlo de mostrar un claro sesgo a favor de Israel, con medidas importantes como trasladar la embajada de Estados Unidos a la disputada ciudad de Jerusalén.

Joe Biden en la Casa Blanca: NINGUNA ILUSÍON
(Por Atilio A. Borón, en PAGINA12)

Puede parecer un consejo vano, pero hay que recordar el torrente de ilusorias expectativas que despertó el triunfo de Barack Obama en 2008. Reflejo de la profunda penetración del mensaje neocolonial, los cánticos triunfalistas que destacados intelectuales de la “progresía” europea y latinoamericana entonaran en vísperas de la inauguración de su mandato fueron rápidamente acallados ni bien el afro-americano puso manos a la obra (secundado por Joe Biden) y dedicó ingentes esfuerzos a salvar a los bancos de la “crisis de las hipotecas sub-prime” olvidándose de los millones que fueron estafados por aquellos. Dado que ya se escuchan, si bien con un tono aflautado, algunas letanías parecidas a las del 2008, parece oportuno recordar estos antecedentes para no caer en nuevas –y previsibles- frustraciones.

Biden llega a la Casa Blanca con un equipo étnicamente más heterogéneo que el de Donald Trump, casi en su totalidad conformado por varones blancos. Pero en todos los casos se trata de personas que más allá de su diversidad étnica y cultural están íntimamente ligadas al gran capital norteamericano. El Departamento de Estado será dirigido por Anthony Blinken, un halcón moderado, pero halcón al fin, que cree que su país tendría que haber fortalecido su presencia en Siria para evitar la llegada de Rusia. Blinken apoyó la invasión a Irak en 2003 y la intervención armada en Libia que culminó con la destrucción de ese país y el linchamiento de Muammar El Gadafi. Ha dicho que “la fuerza debe ser un complemento necesario de la diplomacia”, en línea con el pensamiento tradicional del establishment. Por lo tanto, a no confundirse.

El Jefe del Pentágono propuesto por Biden es un afro-descendiente, Lloyd Austin, un general de cuatro estrellas con 41 años de actividad en el Ejército y cuya ratificación en el Senado puede verse comprometida por dos razones. Primero porque la ley establece que ese cargo sólo lo puede ocupar un militar que haya abandonado el servicio por lo menos siete años antes, y Austin recién lo hizo en el 2016. Segundo, porque hasta fechas recientes era miembro del Directorio de Raytheon, uno de los gigantes del complejo militar-industrial, gran proveedor de las fuerzas armadas de EEUU. Además Austin, un hombre con buen olfato para los negocios, es también socio de un fondo de inversión dedicado a la compraventa de equipos militares. Pequeñas incompatibilidades, dirán los medios hegemónicos, siempre tan complacientes con lo que ocurre en Washington.

La segunda línea del Departamento de Estado tiene como figura estelar, en el cargo de subsecretaria para Asuntos Políticos, nada menos que a Victoria Nuland. Este personaje es un super-halcón que en la Plaza Euromaidan de Kiev alentó y repartió botellitas con agua y pastelitos a las hordas (similares a las que asolaron el Capitolio el 6 de enero en Washington) que sitiaban la casa de gobierno de Ucrania y, en febrero de 2014, derrocaron al legítimo gobierno de ese país. Una conversación telefónica entre el embajador de EEUU en Ucrania y Nuland, inesperadamente filtrada a la prensa, quedará para siempre en los anales de la historia diplomática porque cuando aquel le hizo saber que la Unión Europea no estaba muy de acuerdo con derrocar al gobierno de Víktor Yanukóvich la Nuland respondió con un seco “Fuck the European Union!” No está demás agregar que esta bella persona está casada con Robert Kagan, un ultraderechista autor de varios libros en donde exalta el Destino Manifiesto de Estados Unidos, defiende sin tapujos la ocupación israelí de Palestina y recrimina a los gobiernos europeos por su cobardía en acompañar a Estados Unidos en su cruzada civilizatoria universal. Todo queda en familia.

Por si lo anterior no fuera suficiente para disipar cualquier esperanza en relación al recambio presidencial en Estados Unidos termino con dos citas de un artículo que Joe Biden publicara en la revista Foreign Affairs.[i] Se titula “Por qué EEUU debe conducir nuevamente. Rescatando la política exterior después de Trump” y allí lanza un rabioso ataque en contra de Rusia y China. De la primera dice que la sociedad civil rusa resiste con valentía la opresión del “sistema autoritario y la cleptocracia de Vladimir Putin”. Sobre China, reafirma la necesidad de “endurecer nuestra política” hacia el gigante asiático. De lo contrario, asegura, China continuará “robando la tecnología y la propiedad intelectual” de nuestras empresas. [ii] 

Difícil que con personas como las que ha reclutado para los cargos clave de su administración y con una retórica como la que brota de su puño y letra el mundo pueda respirar tranquilo y confiar en que, ahora sin Trump, las tensiones del sistema internacional disminuirán significativamente.

 

[i] En Foreign Affairs, Marzo-Abril 2020, Volumen 99, Nº 2, pp. 64-76.

[ii] El periodista Rick Gladstone, en un artículo publicado en el New York Times del 7 de noviembre de 2020, después de su artículo en Foreign Affairs, asegura que Biden se refirió a Xi Jinping como “un matón”. 

  

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