EL MISMO PERRO CON DIFERENTE COLLAR
Al menos el establishment en Los Estados
Unidos de América está consciente de que son un Imperio, decadente añadiría yo,
pero Imperio al fin. Hoy será el cambio de collar, la rabia es la misma pero con
“algunos buenos modales”. Trump con más de 70 millones de voto, saco a relucir
la parte más agresiva, en palabras y no tanto, de una nación que se ha
autoproclamado el gendarme del Mundo. Con respecto a Cuba y Venezuela se
emplearon a fondo para ganarse a la fanaticada de Miami, y echaron por tierra
toda la “distensión” que produjo el gobierno del primer afroamericano, que por
cierto dejo en boca un sabor agridulce, pues con una sonrisa en sus labios le
daban el “premio Nobel de la Paz” y con esa misma mueca elegante, agredía con
sus marines como nunca antes. Igual, debe ser “difícil y frustrante” llegar a
ser el CESAR No. 12 y no lograr rendir a una pequeña isla, que le ha dado
batalla hace ya más de 60 años, no por gusto esos manotazos de ahogado, sin
embargo el “nuevo perro” que ocupará la oficina oval, tendrá el candor de un
cachorro urbano que se baña y come bien todos los días, pero no dejará de ladrar para marcar su territorio, que por cierto, incluye el nuestro también como
“propio”.
Acá dejo las primeras declaraciones de quien estará
a cargo de la Secretaria de Estado del nuevo gobierno en USA y un análisis de
algunos de los perros que acompañarán al “cachorro simpático” en la Casa Blanca.
El
futuro secretario de Estado de Joe Biden dijo que continuará reconociendo a
Guaidó como presidente interino de Venezuela y calificó a Maduro como un
“dictador brutal”
(Infobae)
Antony Blinken, nominado a secretario de
Estado por el mandatario electo de EEUU Joe Biden, anticipó este martes cómo
prepara su agenda e hizo especial énfasis en la relación que mantendrá con
Venezuela, China, Irán e Israel.
Durante una audiencia ante el Comité de
Relaciones Exteriores del Senado para su confirmación en el cargo, Blinken
declaró que el gobierno de Biden intentará “dirigir más eficazmente” las
sanciones a Venezuela, buscando más asistencia humanitaria para el pueblo
venezolano. Además, dijo que continuará reconociendo a Juan Guaidó como
presidente interino y calificó a Maduro como un “dictador brutal”.
Blinken advirtió que en la Casa Blanca se
mantendrá “el reconocimiento al presidente Guaidó y a la Asamblea Nacional
democráticamente electa en 2015 como la única institución legítima en
Venezuela, buscando aumentar la presión sobre un régimen liderado por un
dictador brutal como lo es Maduro”.
Y aseguró que, debido a que el régimen de
Maduro continúa en el poder, el gobierno de Biden analizará nuevas medidas para
lograr la libertad en Venezuela. “Necesitamos una política efectiva que
permita restaurar la democracia en Venezuela con elecciones libres y justas”,
agregó.
“Creo que hay algunas cosas que podemos
considerar, en particular una mejor y más fuerte coordinación y
cooperación con países afines. Tal vez debamos estudiar la forma de orientar
más eficazmente las sanciones que tenemos para que los habilitadores del
régimen sientan realmente el impacto de esas sanciones”, explicó Blinken. “Y
ciertamente creo que hay más que debemos tratar de hacer en términos de
asistencia humanitaria, dado el tremendo sufrimiento del pueblo venezolano, así
como ayudar a algunos de los países vecinos que han soportado la mayor parte de
los refugiados de Venezuela”, aseveró.
Por otro lado, Blinken también señaló
que el presidente Donald Trump “tenía razón” al tener una “posición más dura
frente a China”, al tiempo que señaló su “desacuerdo” sobre la estrategia
del mandatario republicano “en muchos puntos”.
“El principio básico era correcto”, dijo a
los senadores sobre la firmeza mostrada por el gobierno saliente. “Debemos
enfrentar a China desde una posición de fortaleza, no de debilidad”, indicó
para acotar que esto implicaba “trabajar con los aliados en lugar de
denigrarlos, participar y liderar las instituciones” internacionales en vez de
abandonarlas.
Acuerdo nuclear con Irán
Además, afirmó que Estados Unidos
regresará al acuerdo con Irán si Teherán vuelve a cumplirlo, en tanto buscará
junto con los otros signatarios fortalecerlo y hacerlo más duradero.
El presidente electo Joe Biden “cree que si
Irán vuelve a cumplir (el acuerdo), nosotros también”, señaló Blinken. “Pero
usaremos eso como plataforma con nuestros aliados y socios, que volverán a
estar del mismo lado que nosotros, para buscar un acuerdo más fuerte y
duradero”.
Un nuevo acuerdo podría abordar tanto las
“actividades desestabilizadoras” de Irán en la región como sus misiles. “Dicho
esto, creo que aún estamos muy lejos de allí”, señaló, agregando que estará
atento a los próximos pasos de Irán.
El presidente Trump abandonó en 2018 el
acuerdo nuclear con Irán negociado durante la gestión de su predecesor, Barack
Obama, firmado además por Alemania, Francia, Reino Unido, Rusia y China. Bajo
ese acuerdo, rubricado en 2015, se prometió a Irán aliviar las sanciones
económicas que pesaban en su contra a cambio de una drástica reducción de su
programa nuclear.
Conflicto
israelí-palestino
Asimismo, Blinken añadió que Estados
Unidos propiciará “la solución de dos estados” para el conflicto
israelí-palestino durante el gobierno de Joe Biden. Dijo que esa es “la
única manera” de resolver el conflicto, aunque reconoció que no es una solución
“realista” en el “corto plazo”.
“La única forma de asegurar el futuro de
Israel como un estado judío y democrático y de dar a los palestinos un estado
al que tienen derecho es a través de la llamada solución de dos estados”,
aseveró. Pero dijo creer que “siendo realista, es difícil ver perspectivas a
corto plazo para avanzar en eso”.
“Sería importante asegurarse que ninguna de
las partes tome medidas que dificulten aún más el ya complejo proceso”, advirtió.
La Autoridad Palestina rechazó mantener
contacto con Trump, al acusarlo de mostrar un claro sesgo a favor de Israel,
con medidas importantes como trasladar la embajada de Estados Unidos a la
disputada ciudad de Jerusalén.
Joe
Biden en la Casa Blanca: NINGUNA ILUSÍON
(Por Atilio
A. Borón, en PAGINA12)
Puede parecer un consejo vano, pero hay que
recordar el torrente de ilusorias expectativas que despertó el triunfo de
Barack Obama en 2008. Reflejo de la profunda penetración del mensaje
neocolonial, los cánticos triunfalistas que destacados intelectuales de la
“progresía” europea y latinoamericana entonaran en vísperas de la inauguración
de su mandato fueron rápidamente acallados ni bien el afro-americano puso manos
a la obra (secundado por Joe Biden) y dedicó ingentes esfuerzos a salvar a los
bancos de la “crisis de las hipotecas sub-prime” olvidándose de los millones
que fueron estafados por aquellos. Dado que ya se escuchan, si bien con un tono
aflautado, algunas letanías parecidas a las del 2008, parece oportuno recordar
estos antecedentes para no caer en nuevas –y previsibles- frustraciones.
Biden llega a la Casa Blanca con un equipo
étnicamente más heterogéneo que el de Donald Trump, casi en su totalidad
conformado por varones blancos. Pero en todos los casos se trata de personas
que más allá de su diversidad étnica y cultural están íntimamente ligadas al
gran capital norteamericano. El Departamento de Estado será dirigido por
Anthony Blinken, un halcón moderado, pero halcón al fin, que cree que su país
tendría que haber fortalecido su presencia en Siria para evitar la llegada de
Rusia. Blinken apoyó la invasión a Irak en 2003 y la intervención armada en
Libia que culminó con la destrucción de ese país y el linchamiento de Muammar
El Gadafi. Ha dicho que “la fuerza debe ser un complemento necesario de la
diplomacia”, en línea con el pensamiento tradicional del establishment.
Por lo tanto, a no confundirse.
El Jefe del Pentágono propuesto por Biden es
un afro-descendiente, Lloyd Austin, un general de cuatro estrellas con 41 años
de actividad en el Ejército y cuya ratificación en el Senado puede verse
comprometida por dos razones. Primero porque la ley establece que ese cargo
sólo lo puede ocupar un militar que haya abandonado el servicio por lo menos
siete años antes, y Austin recién lo hizo en el 2016. Segundo, porque hasta
fechas recientes era miembro del Directorio de Raytheon, uno de los gigantes
del complejo militar-industrial, gran proveedor de las fuerzas armadas de EEUU.
Además Austin, un hombre con buen olfato para los negocios, es también socio de
un fondo de inversión dedicado a la compraventa de equipos militares. Pequeñas
incompatibilidades, dirán los medios hegemónicos, siempre tan complacientes con
lo que ocurre en Washington.
La segunda línea del Departamento de Estado
tiene como figura estelar, en el cargo de subsecretaria para Asuntos Políticos,
nada menos que a Victoria Nuland. Este personaje es un super-halcón que en la
Plaza Euromaidan de Kiev alentó y repartió botellitas con agua y pastelitos a
las hordas (similares a las que asolaron el Capitolio el 6 de enero en
Washington) que sitiaban la casa de gobierno de Ucrania y, en febrero de 2014,
derrocaron al legítimo gobierno de ese país. Una conversación telefónica entre
el embajador de EEUU en Ucrania y Nuland, inesperadamente filtrada a la prensa,
quedará para siempre en los anales de la historia diplomática porque cuando
aquel le hizo saber que la Unión Europea no estaba muy de acuerdo con derrocar
al gobierno de Víktor Yanukóvich la Nuland respondió con un seco “Fuck the
European Union!” No está demás agregar que esta bella persona está casada con
Robert Kagan, un ultraderechista autor de varios libros en donde exalta el
Destino Manifiesto de Estados Unidos, defiende sin tapujos la ocupación israelí
de Palestina y recrimina a los gobiernos europeos por su cobardía en acompañar
a Estados Unidos en su cruzada civilizatoria universal. Todo queda en familia.
Por si lo anterior no fuera suficiente para
disipar cualquier esperanza en relación al recambio presidencial en Estados
Unidos termino con dos citas de un artículo que Joe Biden publicara en la
revista Foreign Affairs.[i] Se titula “Por qué EEUU debe conducir
nuevamente. Rescatando la política exterior después de Trump” y allí lanza un
rabioso ataque en contra de Rusia y China. De la primera dice que la sociedad
civil rusa resiste con valentía la opresión del “sistema autoritario y la
cleptocracia de Vladimir Putin”. Sobre China, reafirma la necesidad de
“endurecer nuestra política” hacia el gigante asiático. De lo contrario,
asegura, China continuará “robando la tecnología y la propiedad intelectual” de
nuestras empresas. [ii]
Difícil que con personas como las que ha
reclutado para los cargos clave de su administración y con una retórica como la
que brota de su puño y letra el mundo pueda respirar tranquilo y confiar en
que, ahora sin Trump, las tensiones del sistema internacional disminuirán
significativamente.
[i] En Foreign Affairs, Marzo-Abril
2020, Volumen 99, Nº 2, pp. 64-76.
[ii] El periodista Rick Gladstone, en un
artículo publicado en el New York Times del 7 de noviembre de 2020,
después de su artículo en Foreign Affairs, asegura que Biden se refirió a
Xi Jinping como “un matón”.
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