ELECCIONES
EN ECUADOR
Se vienen las elecciones en el Ecuador, la
derecha latinoamericana, habitualmente desde hace más de un siglo proyanqui “está
nerviosa”, a pesar de contar como nadie con un aparato propagandísticos descomunal
financiado desde el imperio abiertamente y con fondos oscuros de la CIA, que el
contribuyente simple estadounidense desconoce. Un ejemplo es el “prestigioso” Interamerican
Institute for Democracy, que utiliza a INFOBAE y otras yerbas para dejar claro
sus nuevos conceptos sobre la izquierda en Latinoamérica (claro auspiciando
premios “periodísticos” y otras prebendas al dueño de INFOBAE, Don Daniel Hadad, una
mano lava la otra y las dos la cara). Acá les dejo un escrito sobre el
CASTROCHAVISMO, DICTADURA ELECTORALISTA, y un etc. grande como una casa, que
inundaran en los próximos años nuestras calles según esta SIMPLE DERECHA, que
por ahora solo le hemos colocado el mote de NEOLIBERAL, somos menos creativos
en nuestra manera de encontrar nuevas palabras para referirnos a ellos, que
hace 100 años o más, literalmente nos ahogan.
Es tan grande el dinero que mueve esta DERECHA
continental y GOLPISTA, que sin mucho esfuerzo, parece, han podido comprar a escritores
con plumas talentosas, como nuestro Nobel de Literatura, que se ha convertido
en un mamarracho opinólogo apoyando a tipos como Macri, Duque o ahora,
abiertamente al banquero que aspira a la presidencia del Ecuador (acá les dejo
un video tristísimo del Sr. Vargas Llosa apoyando la candidatura de Lasso)
El
castrochavismo repite en las elecciones de Ecuador su operación en Argentina y
Bolivia
(Por Carlos Sánchez Berzain(*), en
INFOBAE)
Las elecciones presidenciales
en Ecuador reproducen la disyuntiva -a la que fueron llevados los
pueblos de Argentina y Bolivia- de elegir entre el retorno del castrochavismo o
la democracia. En ambos países se impuso el castrochavismo que reinstaló en el
poder a Cristina de Kirchner en Argentina usando la imagen de Alberto
Fernández, y en Bolivia a Evo Morales con la candidatura de Luis Arce y un
monumental fraude electoral. En Ecuador repiten la operación usando el
candidato Andrés Arauz para
dar impunidad a Rafael Correa y reinstalar el socialismo del siglo XXI.
No olvidemos que Correa
gobernó Ecuador por diez años en los que aplicó la metodología,
estructura y sistema del socialismo del siglo XXI o castrochavismo. Cambió la
constitución e impuso leyes infames con las que hizo desaparecer el respeto a
los derechos humanos y libertades fundamentales, el estado de derecho, la
división e independencia de poderes, las elecciones libres y justas y la libre
organización política. No dejó vigente ninguno de los elementos esenciales de
la democracia. Judicializó la persecución política con presos y exiliados
políticos, aplicó la ley mordaza contra la prensa, confiscó e institucionalizó
la corrupción, convirtió a Ecuador en narcoestado como lo probó la operación
colombiana en Angostura.
El gobierno de Correa fue una
dictadura electoralista plena del castrochavismo que usó Ecuador
como ficha internacional para apoyar las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bolivia
y Nicaragua como lo prueba su record en organismos internacionales, el caso
Assange, la expulsión de la DEA y el desconocimiento de los acuerdos
internacionales antinarcóticos, el tráfico de médicos esclavos cubanos, el caso
de crimen transnacional “lava jato” y mas.
El Presidente Lenin Moreno se desmarcó del castrochavismo e inició el
difícil proceso de transición que consiste en la restitución de los elementos
esenciales de la democracia, que hoy es un proceso adelantado pero no
concluido. Avanzó en reponer la libertad de prensa, garantizar independencia al
Poder Judicial, respeto a los derechos humanos y libertades individuales,
reinstalar condiciones para la vigencia del estado de derecho con
investigaciones por los crímenes de la dictadura que han dado como resultado
inicial una condena contra Rafael Correa ocho años de cárcel que es cosa
juzgada.
La decisión de Moreno por la democracia y su ruptura con el sistema de
dictaduras del socialismo del siglo XXI convirtió a Ecuador, a su persona y su
gobierno en objetivos del castrochavismo, que además de una feroz campaña
nacional e internacional de asesinato de la reputación, realizó atentados
criminales concretos como el fallido golpe de estado de octubre de 2019. El castrochavismo en Ecuador ha sido
derrotado reiteradamente pero no está vencido pues lo soporta el grupo
trasnacional mas grande importante de delincuencia organizada que liderado por
Cuba controla Venezuela, Nicaragua, Bolivia y el gobierno de Argentina.
La transición de Ecuador a la democracia en el siglo XXI es la mas avanzada
y exitosa de la región. Ha fracasado la de Argentina con Mauricio Macri que
llevó a su país a votar entre su mal gobierno y el crimen organizado y perdió;
ha fracasado por complicidad y corrupción la de Bolivia con el interinato de
Jeanine Añez cuya traición a la Patria aún parece inexplicable; hace crisis de
unidad y resultados la de Juan Guaidó que no logra cesar la usurpación en
Venezuela.
Es este escenario, las elecciones presidenciales del próximo 7 de febrero
en Ecuador son el centro de la lucha entre las dictaduras castrochavistas y la
democracia en el las Américas. El castrochavismo repite su exitosa fórmula
usada en Argentina y Bolivia, que consiste en dividir las fuerzas de la
democracia y con muchísimo dinero y todo el aparato conspirativo usar un
candidato nuevo que retome el poder para restaurar el sistema, garantizar la
impunidad del jefe inhabilitado y sus cómplices, reincorporar el país al apoyo
internacional a las dictaduras y al soporte económico a la agonizante Cuba.
La estrategia del socialismo del siglo XXI consiste en usar la política
para “transformar los crímenes en hechos políticos y convertir a los criminales
en actores políticos”. Lo ha logrado con el tratado para las FARC en Colombia,
lo ha conseguido con la impunidad plena de Evo Morales y el retorno de Bolivia
al sistema de narco estados, lo está haciendo en Argentina con la manipulación
y búsqueda de control total del poder judicial para la impunidad plena de
Cristina Fernández de Kirchner y necesita hacerlo en Ecuador para lo mismo con
Rafael Correa.
Ojalá los ecuatorianos lo recuerden.
(*) Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy
Vargas Llosa, el intelectual de los
banqueros
(Por Raúl Vallejo(*), en PAGINA12)
No me sorprende que
Mario Vargas Llosa contribuya a la campaña electoral del banquero Guillermo
Lasso. En
noviembre de 2012, Vargas Llosa fue el orador estrella de la XLVI Asamblea
Anual de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), en Lima. Igual que
entonces, Vargas Llosa, en su papel de intelectual orgánico del capital
financiero, ahora también despliega un mensaje autoritario, superficial y
cliché.
¿Por qué Vargas
Llosa habla, en términos autoritarios, sobre política ecuatoriana? Porque él ha
renegado de los planteamientos de sus primeras novelas (La ciudad y los
perros o Conversación en La Catedral), en las que
criticaba las estructuras de poder del capital y a los militares y a la prensa
como guardianes de aquellas estructuras, y se ha convertido en predicador del
neoliberalismo y en vocero del capital financiero. El premio Nobel le sirve a
Vargas Llosa para erigirse en autoridad y opinar sobre la política de un país
sin conocer las vicisitudes de su historia. Él se apropia de la palabra de los ecuatorianos; se imagina serlo —aunque
ese pensamiento de sí mismo como ecuatoriano es retórica vacua— y, como el
colonizador de antaño, nos dice a los ecuatorianos por quién tenemos que votar para
que nuestro país sea “ejemplar”. Vargas Llosa ejerce esa autoridad por sí y
ante sí ya que le bastan las líneas básicas del discurso del poder ya sea para
condenar a Julian Assange, denigrar al feminismo o elogiar a la banca.
"La palabra
éxito resume lo que él quisiera hacer del Ecuador", dice Vargas Llosa
refiriéndose al banquero candidato. ¿Un premio de Nobel de Literatura hablando
de manera ramplona sobre el "éxito" como una aspiración de vida? ¿No es ese
simplismo arribista lo que él criticaba en las novelas ya mencionadas y
en Los cachorros? La noción de "éxito" encubre el mito
del "banquero exitoso" y es la expresión tácita de una falacia: un
empresario que, como gerente de un banco, se ha enriquecido es un empresario
que, como presidente, enriquecerá al país. ¿Acaso el escritor que reflexionó
sobre Flaubert y Madame Bovary ahora nos dice que la aspiración de un país debe
ser el boticario Homais y lo que él representa? A Vargas Llosa le calza lo que
escribió sobre Homais: "El farmacéutico repite los dogmas positivistas,
mediante las fórmulas más rudimentarias y los argumentos más manidos, sin
aportar a esa filosofía la más mínima contribución personal..".
En boca de Vargas Llosa la palabra
"libertad" asociada a un banquero es tan solo un lugar común que él
manosea para regocijo del maridaje del poder político y el poder económico. Lo que Vargas Llosa expresa tras ese cliché
es el anhelo de una burguesía rentista y especulativa que busca destruir el
Estado y las políticas públicas en función de una mayor concentración de la
riqueza. En El sueño del Celta, Vargas Llosa disecciona
con crudeza el proceso de acumulación capitalista basado en la esclavitud, pero
como intelectual orgánico de los banqueros promueve, bajo la superchería de la
"libertad del individuo", el sometimiento de ese mismo individuo a
las veleidades del mercado en donde, como en el juego del Monopolio, el
propietario del capital siempre acrecentará su riqueza y el resto dará vueltas
alrededor del tablero hasta perder el juego.
Vargas Llosa escribió, en febrero de 2009, en
Letras libres: "En la civilización del espectáculo el intelectual sólo
interesa si sigue el juego de moda y se vuelve un bufón". En el
espectáculo de la propaganda política, el marqués de Vargas Llosa —que, durante
la novedad de su idilio con Isabel Presley fuera asiduo de las portadas
de Hola— se ha convertido en un bufón al servicio de los banqueros.
(*) Raúl Vallejo es escritor
ecuatoriano, autor de "El perpetuo exiliado" (Premio de la Real
Academia Española, 2018).
El
Gobierno espera festejar con las elecciones en Ecuador
(Por Fernando Cibeira, en eldestapeweb.com)
El gobierno argentino no le quita el ojo a lo que sucede en
Ecuador donde las encuestas dan como favorito al joven economista Andrés Aráuz, ex ministro
de Rafael Correa, para las
elecciones presidenciales del domingo. "Esperamos que el trabajo del
Consejo Nacional Electoral (CNE) sea correcto, que el veredicto popular se
respete y que así se fortalezca la democracia ecuatoriana", tuiteó el fin
de semana el presidente Alberto
Fernández, algo que molestó a las autoridades ecuatorianas con las que
el gobierno argentino tiene muy mala relación. "La honestidad y
transparencia del proceso de las votaciones está garantizada ante la
ciudadanía", respondieron desde el CNE, de alto protagonismo durante toda
la campaña en la que impidieron la postulación de Correa y luego intentaron
proscribir a su fuerza política. El Gobierno seguirá al minuto lo que suceda a
través de una delegación del Parlasur y de un funcionario electoral de la
Cancillería que están viajando a Quito para la primera elección de 2021 que,
esperan, servirá para el trazado de un nuevo mapa regional.
Unos meses atrás en la Casa Rosada se ilusionaban con la posibilidad
de un panorama exterior más afín a partir de un triunfo del MAS en
Bolivia, de Joe Biden en Estados Unidos y del correísmo en Ecuador. Los dos
primeros ya se cumplieron, resta el tercero, que no está exento de acechanzas. A tono con otras
administraciones de derecha de la región, el gobierno de Lenin Moreno se dedicó a
perseguir a los dirigentes progresistas de su país. Como hizo en Bolivia, el
gobierno de Fernández buscó ayudar en la medida de lo posible. Por
ejemplo, desde agosto pasado, la ex ministra de Transporte María Angeles Duarte vive en la
Embajada argentina en Quito para evitar que la metan presa acusada de
corrupción, como le sucede a casi todos los ex funcionarios de Correa. A
principios de diciembre, Cristina
Kirchner recibió en su despacho a Aráuz. "¿En serio Lenin
Moreno pretende que el resto del mundo crea que en Ecuador hay
democracia?", escribió la vicepresidenta sobre las absurdas trabas de la
justicia electoral a la inscripción de la candidatura del economista.
Obviamente, el tuit motivó una protesta de las autoridades ecuatorianas que
no conmovió demasiado al gobierno argentino, que ni siquiera tiene embajador en
Quito. El año pasado pidió plácet para el camporista Pablo Vilas, ex
director de la Casa Patria Grande "Presidente Néstor Kirchner".
El gobierno ecuatoriano no respondió. Lenin Moreno fue quien ordenó retirar la estatua de Kirchner
que se encontraba en la entrada del edificio de la Unasur, ahora reubicada en
el CCK. Pero esta presión externa puede haber influido para que finalmente
la Justicia acepte la boleta de Aráuz, aunque ahora el temor se trasladó a lo
que pueda suceder en el recuento. A priori, la situación es similar a la que se
esperaba en Bolivia, donde era claro el triunfo de Luis Arce pero se dudaba si podría evitar el ballotage. La
diferencia fue tan amplia que no dejó espacio para ningún manejo. En Ecuador
está por verse.
La incertidumbre de las últimas horas se agrandó por el fallo de un
tribunal contencioso que resolvió, en primera instancia, destituir a cuatro de
los miembros del CNE por haber incumplido una sentencia que habilitaba al
magnate Alvaro Noboa a participar de las elecciones. Fue uno de los temas
de discusión de la reunión del Grupo de Puebla del viernes pasado. "Perdimos
Ecuador con el traidor de Lenin Moreno, de las peores cosas que ha parido
nuestra América. Dios mediante, el 7 de febrero Ecuador volverá al
progresismo y la Patria Grande", sostuvo Correa. También participaron
sus ex cancilleres Guillaume Long y Ricardo Patiño, que integran un chat
con varios dirigentes regionales entre los que figuran los argentinos Eduardo
Valdés y Oscar Laborde, donde transmiten periódicamente sus inquietudes sobre
los comicios. De ahí que el sábado Alberto Fernández saliera con ese fuerte
tuit, lo mismo que hicieron ex presidentes como Evo Morales o Fernando Lugo.
"Alertamos a la comunidad internacional que la CNE pretende suspender las
elecciones en Ecuador para evitar la victoria segura de Aráuz", alertó
Evo.
El candidato correísta sacudió la última semana de campaña con el anuncio
del compromiso de Alberto
Fernández de facilitar el acceso a 4,4 millones de dosis de la
vacuna de AstraZeneca, cuyo principio activo se fabrica en el país. Tal vez le
sirva para definir la elección. Correa aseguró en el zoom que los
electores que se mostraban todavía indecisos se están volcando mayoritariamente
a favor de su referente. El analista político ecuatoriano Mauro Andino opinaba
esta semana que los obstáculos judiciales que le fueron colocando en el camino
de Aráuz terminaron por fortalecer su candidatura en vez de debilitarla. El
promedio de las encuestas realizadas en enero le otorga a Aráuz el 37,5% de
intención de voto, seguido por el candidato derechista, el banquero Guillermo
Lasso, con el 28,1% mientras que en tercer lugar aparece el dirigente indígena
Yaku Pérez con el 17%. Aráuz necesita ganar por más del 40% o conseguir 10
puntos de diferencia. Según ese promedio está a décimas.
Como presidente del Parlasur, Laborde encabezará la delegación de
legisladores regionales que llevarán sus propios especialistas en cuestiones
electorales para seguir de cerca todo lo que suceda. Por parte de Cancillería,
viajará el director de Asuntos Electorales, Francisco Lucero. "Si bien no
nos invitó el gobierno, vamos porque es un hecho importante para la región y
porque nos llamaron de varias fuerzas políticas y de ONG", explicaban
cerca del ministro Felipe Solá la decisión de estar en el lugar de la elección
a la que la Casa Rosada sigue de muy cerca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario