Viaje a la Luna

Viaje a la Luna

Una memoria a mis antepasados, a mis vivencias...unos versos de futuro.

QUIEN NO SE OCUPA DE NACER SE OCUPA DE MORIR

viernes, 23 de diciembre de 2011

…Unos festejan sus millones,
otros la camisita limpia
y hay quien no sabe que es brindar.
(“Canción de Navidad”, Silvio Rodriguez)




LA NOCHEBUENA Y LA CARNE DE PUERCO

No hubo un año que no festejáramos el nacimiento de quien por cierto se desconoce a ciencia cierta que día nació, diría que muchas de las festividades inducidas por la iglesia católica (que no es santa de mi devoción ni ahí…) aparecerieron cuando el poder de Roma tomo las enseñanzas de Cristo como método de domininacion (era una forma mas de perpetuarse en el poder, bueno  la cosa es que por costumbre, por tradición como se dice ahora, mi familia siempre encontró en el 24 de Diciembre un motivo para reunirse y comer un buen cacho de puerco asado, esto fue siempre, hubiera prohibición o no en Cuba de que ese día se pudiera festejar, recuerdo cuando mi madre cerraba todas las puertas y ventanas de la casa y a la luz de una vela nos sentábamos todos para con un buen arroz con frijoles y yuca esperar el nacimiento de quien por ese entonces yo no tenia ni idea de quien se hablaba, estaba claro que ni mi vecina Julia, ni la gran Adoración se enterarían que Lisso la gitana festejaba la nochebuena. Después vinieron los años duros de 1993 y 1994, y mi viejo Jorge en el techo del edificio había hecho un corralón, donde criaba el puerco para la nochebuena alimentado con la sobras (apenas…) de comida que le daban todos los vecinos, y entonces esperaban que la gitana matara el puerco bien temprano el 24 porque sabían que Lisso le iba a dar a cada uno su pedazo para que ellos también festejaran, ya no había que esconderse del vecino, ya el vecino era casi tu pariente, hasta la misma mama de Teddy la de vigilancia del Comité recibía su pedazo de puerco de la gitana Lisso porque de alguna manera había contribuido con sus desperdicios al engorde de aquel puerco en la azotea del Edificio de Armas 495. Luego llego la visita del Papa en 1998, y desde entonces todos los cubanos libremente pudieron festejar, si querían, una nochebuena con arroz, frijoles negros, la buena yuca y el infaltable puerco del mercado libre campesino, tal vez, no porque creían en que un 24 de Diciembre de no se que año había nacido el niño Jesús sino porque era una manera linda y hermosa de convocar a su familia a comer en una mesa para festejar el estar vivos y juntos.



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