NUESTRO CAMPO DE HIGGS
Cuando Peter Higgs envió en 1964 por primera
vez su artículo a Physical Review Letters sobre la propuesta de un campo
“misterioso” por donde se mueven todas las partículas elementales, no fue
aceptado porque no había como experimentalmente comprobar la veracidad de su
teoría, entonces fue cuando se propuso por él y por otros físicos la partícula
equivalente a su campo, que mas tarde se llamo, Bosón de Higgs, pero que se
universalizo con el nombre que le llamara el premio nobel de física de 1988 León
Lederman en su libro “La partícula Divina” por la “partícula de Dios” (aunque a
decir verdad Lederman lo que quiso decir en ingles era “la partícula maldita”,
por lo difícil de encontrar un método para su detección).
Higgs propuso por primera vez en la física,
una teoría que explicaba el porqué de la existencia de la propiedad de masa en
algunas partículas elementales y en otras no, el fotón o el gluon por ejemplo
tienen masa cero, mientras que un electrón tiene masa igual a 9,11 x 10 -31
kg ( 0,511 MeV/c2), ¿Por qué esto es así, como idea filosófica?. El
Campo de Higgs es como la gran telaraña donde se mueven todas las partículas
elementales, que pueden ser, el mismo fotón, los distintos quarks, o el electrón,
cuan “pegajosa” resulta la partícula que se mueve en esa telaraña, define con
cuanta dificultad se mueve la misma en ese campo y cuanta masa de la propia
telaraña arrastra con su paso, esa característica de interacción de la partícula
con la telaraña le proporciona el valor de su “peso”, pero al mismo tiempo como
nos podemos dar cuenta la telaraña tiene su propia masa y le da esa propiedad a
una partícula, que como condición dual en la Física tiene cualquier onda o
campo, en este caso de la telaraña identificada con el Bosón de Higgs.
Muchos países de conjunto en el Mundo han
decidido gastar una masa de millones de toneladas de dólares en fabricar una
maquina llamada LHC, por su siglas en ingles Large Hadron Collider (El Gran
Colisionador de Hadrones) para descubrir la famosa telaraña, en su condición de
partícula, donde todo se mueve, encontrar por fin, esa ultima partícula
descrita por la Teoría “Modelo Estándar” que falta, para asegurarnos que
conocemos y podemos explicar aproximadamente el 5 % de toda la materia
existente en el Universo desde el famoso Big Bang, me pregunto ¿Cuánta masa de
dólares harán falta para reconocer el otro 95%?.
Se me ocurrió sin embargo ante tal
despilfarro humano, con estas premisas de la Física elemental de partículas,
algo bien disparatado.
El amor entre los seres humanos es nuestro
Campo de Higgs, por donde nos movemos durante toda nuestra corta vida sobre la
faz de la tierra, nuestra felicidad, nuestra sensación de placer, de
satisfacción personal, tiene un valor, una masa en dependencia de nuestra interacción
con los sentimientos de amor, mientras más demos de nosotros mismos a esa red
invisible que se llama amor, mas “peso” tendrá nuestras vidas, lo único bueno
de toda esta fantasiosa comparación es
que para comprobar experimentalmente la existencia de la partícula “amor”
correspondiente a esa gran telaraña humana donde nos movemos, no habrá que
gastar kilos ni toneladas del “vil metal” (que tanta falta hace para hacer
otras cosas), hagamos el bien a los nuestros y a los ajenos y experimentaremos
el aumento de nuestro “peso” en felicidad.
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