LA OBRA DE ARTE RUPESTRE MAS ANTIGUA LA HIZO
UN NEANDERTAL
(Por Manuel Ansede,
publicado en "EL PAÍS")
Si la humanidad encontrara vida inteligente
en otro planeta sería la noticia del milenio. Esos nuevos seres astutos
obligarían al ser humano a replantearse su propia existencia y sus relatos
religiosos de la Creación. No seríamos excepcionales. No estaríamos solos. Por
sorpresa, esa noticia del milenio llega hoy, pero en pasado: no estuvimos
solos. Una nueva datación de unas enigmáticas pinturas rupestres garabateadas
en tres cuevas españolas muestra que se ejecutaron hace unos 65.000 años, más
de 20.000 años antes de que los humanos modernos, los Homo sapiens,
llegaran a la península ibérica. Los artistas solo pudieron ser neandertales.
El hallazgo es la portada de la revista Science.
Las implicaciones del descubrimiento son
descomunales. Es la primera prueba irrefutable de que los neandertales,
extinguidos hace unos 40.000 años, tuvieron “lenguaje, cognición avanzada y
pensamiento simbólico”, según explica el arqueólogo portugués João Zilhão,
coautor de la investigación. Los dibujos analizados son una mano en negativo
ejecutada hace al menos 66.700 años en la cueva de Maltravieso (Cáceres), un
depósito mineral cubierto de pintura en una pared de la cueva de Ardales
(Málaga) y un signo lineal, similar a una escalera, realizado hace al menos
64.800 años en la cueva de La Pasiega (Cantabria). Son las obras de arte más
antiguas que se conocen en el planeta.
(La pseudoescalera neandertal, en un dibujo de
las pinturas de La Pasiega realizado por el prehistoriador francés Henri Breuil
en 1913 (las siluetas animales son posteriores). H. BREUIL)
Para Zilhão, el descubrimiento “acaba con la
narrativa del Génesis, la de los humanos modernos saliendo de África como la
especie elegida”. El investigador, de la Universidad de Barcelona, va incluso
más allá de las conclusiones publicadas hoy en la revista Science.
Zilhão cree que los llamados neandertales —con un cráneo con frente huidiza y
un cuerpo más bajo y robusto— eran, en realidad, Homo sapiens. Los
neandertales seríamos nosotros mismos.
“Los humanos modernos somos anormalmente
homogéneos. En el pasado, la especie humana era más diversa que ahora, como
ocurre en otras especies actuales. La variabilidad interna que hoy vemos en los
chimpancés es mayor que la que veríamos en todos los humanos pasados y
presentes si los considerásemos una sola especie”, reflexiona Zilhão. Según las
etiquetas actuales, hace 80.000 años coexistían en la Tierra cinco especies
humanas: Homo sapiens, neandertales, Homo floresiensis, Homo
erectus y denisovanos. Para el arqueólogo, todas eran lo mismo. “En
realidad, nunca hubo más de una especie humana”, sostiene.
“La evolución es muy compleja y tiendo a
pensar que los humanos modernos actuales somos el resultado de un delta fluvial
que se ha ido nutriendo en su camino evolutivo de una red de afluentes, en este
caso de otras poblaciones arcaicas, como los neandertales, que han contribuido
a nuestra conformación actual, tal como indican la genética y los fósiles”,
opina la paleoantropóloga Josefina Zapata, de la Universidad de Murcia.
(De izquierda a
derecha, los investigadores Daniel Garrido, Marcos Garcia, Alistair Pike, Dirk
Hoffmann, Carola Hoffmann y João Zilhão. UB)
Zapata participa junto a Zilhão en otra
investigación que se publica de manera simultánea en la revista Science
Advances. Los científicos han vuelto a datar unas conchas marinas
perforadas y pigmentadas aparecidas en la cueva de Los Aviones, en Cartagena
(Murcia). La nueva datación sugiere una antigüedad de más de 115.000 años, más
del doble que los 50.000 años calculados en 2010. Para los autores, el
resultado confirma que los neandertales ornamentaban sus cuerpos con collares unos
30.000 años antes de que los llamados humanos modernos comenzaran a hacerlo en
África. A juicio del paleoantropólogo Erik Trinkaus, de la Universidad
Washington en San Luis (EE UU), estos nuevos estudios certifican que “los
neandertales y los humanos modernos eran conductualmente y mentalmente
equivalentes”.
Gracias a los últimos avances técnicos, en
las nuevas dataciones se ha podido emplear el método del uranio-torio. Los
investigadores han analizado muestras de unos pocos miligramos de carbonato de
calcio tomado de la superficie de las pinturas rupestres. Cuando se forman
estos materiales por precipitación, se acumulan trazas de uranio, que decae a
torio a un ritmo conocido. La proporción de estos dos elementos químicos
desvela la edad precisa de la muestra.
La directora del Centro Nacional de
Investigación sobre Evolución Humana, María Martinón Torres, no comparte
la idea de que neandertales y sapiens fueran la misma especie. “Los
neandertales eran marcadamente diferentes en su morfología, en sus adaptaciones
biológicas —por ejemplo a climas completamente diferentes—, en su
secuencia genética perfectamente distinguible e incluso en su sistema
inmune. Y, aunque hubo cruces fértiles [sexo con descendencia entre
neandertales y sapiens], también sabemos que hubo problemas de infertilidad, lo
que significa que no éramos totalmente compatibles”, afirma la
paleoantropóloga.
Martinón, que no ha participado en las nuevas
investigaciones, cree que hay dos posibilidades: o la capacidad artística
surgió de manera independiente en neandertales y sapiens, “ya que ambos tenían
grandes cerebros”, o la heredaron de un ancestro común, hace unos 500.000 años.
“A ver si se derriba finalmente la teoría de que los neandertales se
extinguieron porque eran cultural y simbólicamente inferiores a los humanos
modernos”, sentencia.
El prehistoriador Marcos García Diez, de
la Universidad Isabel I (Burgos), subraya otro hallazgo importante de su
equipo. En la cueva malagueña de Ardales, los neandertales pintaron al menos en
dos momentos diferentes, con 20.000 años de diferencia. “Conservaron una
tradición simbólica durante miles de años. El espacio, la cueva, también era
simbólico. Alguien tenía que decir: Este es nuestro espacio. Esta es nuestra
ermita”.
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