Los
desafíos de Alberto Fernández para mejorar la debacle económica de Mauricio
Macri
(Por
Ezequiel Orlando, en EL DESTAPE)
El macrismo se retiró del gobierno con una economía en plena caída. La
recesión arrancó en el medio del mandato y su freno dependerá de las medidas
que tome Alberto Fernández en
los próximos meses.
Tanto 2018 como 2019 fueron años perdidos para la actividad argentina
gracias a las continuas devaluaciones y la apertura de importaciones de Mauricio Macri. La desprotección
industrial derivó en el cierre masivo de fábricas y la multiplicación de
despidos. A la par, los techos que el Ejecutivo le había puesto a las
paritarias implicaron una pérdida de poder adquisitivo, que retrajo aún más la
economía. La inflación, consecuencia de todas estas decisiones y por la
concentración de mercado, se disparó lejos del alcance de la política
monetaria, la única receta en los manuales de los economistas neoliberales de
Cambiemos.
Si bien se espera para 2020 las perspectivas de la cosecha son buenas, de
acuerdo a Emmanuel Álvarez Agis, “sin una recuperación del poder adquisitivo es
poco probable que la actividad pegue la vuelta”. Es que los primeros
datos de enero dan cuenta de una continuidad en la caída, tanto del consumo
como de la producción industrial.
En 2018, la caída estuvo liderada por el sector agrícola, afectado por la
sequía, seguidos por la industria y el comercio. En 2019, si bien el campo se
recuperó, el mercado interno fue sacudido por una nueva ronda de suba del
dólar, incremento de los precios y caída del salario real. En ese marco, tanto
la industria como el comercio profundizaron su caída.
De acuerdo a la UIA, la industria se desplomó 6,3% en 2019, el segundo año
de bajada. El arrastre estadístico implicará una nueva merma al menos en el
comienzo de este año. Con un alza medida por el Indec del 4,7% en los alimentos
en enero, resulta difícil imaginar una mejora en el consumo. El Indec
confirmará este viernes la evolución del estimador de la actividad, un proxi
del PBI, que será revelado recién el mes próximo por el organismo que
dirige Marco Lavagna.
El tercer motor económico de Argentina, el agro, puede mostrar una
continuidad en su buen rendimiento. La construcción, otro factor clave, no
consigue repuntar debido a la asimetría que implican para las familias los
créditos UVA respecto a las ganancias extraordinarias que le garantizaron a los
bancos.
“En la película general los salarios vienen por debajo de la inflación y
acumulan una pérdida de 16% entre diciembre de 2017 y noviembre de 2019. Esa
caída en el consumo impacta negativamente en el consumo agregado”, evaluó el ex
viceministro de Economía en su último informe.
Aunque en diciembre y enero se otorgaron bonos para jubilados y
trabajadores registrados, “esto no fue suficiente para desencadenar una suba
generalizada en el consumo”, según su consultora PxQ. En un contexto de
negociación con acreedores privados y el FMI por la reestructuración de la
deuda pública, evaluó “parece poco probable que haya una expansión del gasto
público que motorice la actividad”. Por este motivo, planteó que la suerte de
la actividad económica de este año dependerá del resultado de las negociaciones
paritarias y la evolución de la inflación.
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