CONCESIONES AQUÍ Y ALLÁ, Y
AGARRATE CATALINA
(Por Mempo
Giardinelli)
Como en toda comunidad
desorganizada, en la Argentina actual se entrecruzan los más diversos temas
para contribuir al desaliento generalizado.Por un lado la Constitución
Nacional, degradada a libraco inútil, es burlada a diario por su principal
custodia –la Corte Suprema– y de ahí para abajo por las llamadas
"instituciones" que son burladas a diario por quienes debieran
hacerlas respetar.Es por eso que incluso a temas centrales de la agenda pública
ahora casi ni se los tiene en cuenta, lo que es gravísimo. Baste como ejemplo
el inminente vencimiento de las
concesiones hidroeléctricas, que desde ahora y por varios
años deberán terminarse o –maldición eterna si así fuera– renovarse. Símil Río
Paraná, puede decirse.Herencia patética que también dejó el riojano
innombrable, a estas privatizaciones (todas las concesiones menemistas de hecho
lo fueron) les tocan vencimientos
en tropel a partir del próximo 11 de Agosto y empezando por las más grandes centrales
hidroeléctricas de la región del Comahue: El Chocón, Arroyito, Planicie
Banderita y Alicurá. Han durado 30 años y ahora deberían –necesaria,
imperiosa y soberanamente– volver al único dueño, que es el Estado Nacional con
participación de algunas provincias. Así lo viene advirtiendo el Instituto de
Energía Scalabrini Ortiz (IESO), que motoriza el reclamo con adhesiones, entre
otras, de la CTA Autónoma, Unidad Popular, Fetera, Fipca, Federación Gráfica
Bonaerense y cientos de firmas.
Hoy
es obvio que es imperativo el urgente rescate del manejo estatal de la energía, ya
que todo intento de prorrogar esas concesiones sólo servirá para desatar
mayores conflictos sociales. El control de corporaciones dominantes en el
sector energético, y en cualquier otro, es hoy de absoluta necesidad, a la par
de la recuperación total del Río Paraná y la habilitación del Canal Magdalena.
Por eso el mencionado Instituto propone la conformación de "una nueva
modalidad de explotación de esas centrales, con participación mayoritaria del
Estado Nacional y las Provincias involucradas".
Como sea, la disputa se
intensificará a partir del
próximo Agosto y por lo menos durará los cuatro años siguientes, en los que
vencerán 17 concesiones en el sector hidroeléctrico, cuya generación
representa un 20% del total del Mercado Eléctrico Mayorista. Como se comprende,
entonces, acabar con el actual
modelo privatizador será decisivo, y la pésima experiencia fluvial y marítima
aún no concluída –plagada de engaños, lobbies e inacción gubernamental– deberá
ser tenida muy en cuenta y necesariamente rectificada.
No puede dejar de
advertirse, además, que para tales decisiones deberá tomarse en cuenta que del
otro de la mesa de cada negociación habrá, inexorablemente, operadores que no
aman a este país y practican sin culpa los oficios de la mentira y
el engaño en favor de intereses privados al servicio de mandantes extranjeros.
Es por todo ello, y más,
que el federalismo que dio origen
a la otrora orgullosa República Argentina es hoy más una aspiración que una
realidad. Si hasta la Constitución Nacional es pervertida
cotidianamente por sus custodios naturales –la Justicia, el Parlamento y una
oposición política delirante y violenta– lo que ha llevado a la degradación de
los debates políticos, por un lado, y por el otro al sometimiento de la
economía nacional a intereses extranjeros neocolonialistas. Razones esenciales
de la urgencia de que el pueblo
argentino reaccione y se dé una nueva CN con sentido soberanista y
latinoamericano, lo que sólo será posible con un gobierno patriótico, decidido,
sin vacilaciones y de probada honradez.
Está claro que todos estos
postulados son de difícil concreción, como lo viene probando la ardua lucha por
el Paraná, cuyas concesiones desde hace tres décadas degeneraron en apropiaciones de hecho,
absurdas elusiones impositivas y la privatización y apropiación de
prácticamente todo el comercio exterior argentino.
Por cierto, ahora mismo nada
se sabe ni hay informaciones fehacientes de las decisiones (si acaso las hubo)
tomadas por el recientemente encargado de concretar la puesta en servicio del
canal Magdalena, el Ingeniero Orduna. Pero lo que sí es evidente es el soplido
de vientos en contra.
Ahora mismo en Rosario y
puertos aledaños es vox pópuli que el gobierno nacional y el sector privado
siguen impulsando la profundización del río hacia el Norte con objeto de
llevarlo "más allá de Santa Fe", como denunció esta semana la
diputada provincial santafesina Mónica Peralta (GEN) al reclamar "estudios
de impacto ambiental que nunca se realizan" ya que "el Estado parece sólo garantizar y
profundizar un modelo de producción que excluye a las grandes mayorías”. Y
denunció además que "la AGP arma y desarma organismos y siglas que son sellos, para que no sepamos
bien quién se va a ocupar y cómo se van a dar los procesos de concesión".
Curiosamente,
del otro lado del Plata el gobierno uruguayo no tiene pruritos de este tipo.
Piensa diferente, y se diría que con sentido práctico absoluto, y así al
gobierno del Sr. Lacalle Pou no parece interesarle cuestión alguna de
soberanía, sino la defensa a ultranza de su posición de estado-tapón, que para
ellos es un excelente negocio. Así como el gobierno oriental abastece
semanalmente a los ocupantes de nuestras Islas Malvinas, así considera
legítimo que cada país atienda sus intereses, y está claro que la cuestión de
la soberanía no le importa en absoluto.
Con transparente sinceridad,
hace menos de un mes el presidente de la Administración Nacional de Puertos del
Uruguay (ANP), Juan Curbelo, destacó que Montevideo "se posiciona como puerto de referencia en el Río de la
Plata". Autoelogió el uso inteligente de la infraestructura,
de muelles públicos y de áreas especializadas y "el comienzo de una
transformación positiva que se ha generado en Montevideo" a partir del
acuerdo entre la Presidencia de la República y la empresa belga Katoen Natie,
por el que se extendió la
concesión del puerto de Montevideo hasta el año 2081. Ésa y no otra es la razón de la presión que
se ejerce sobre la Argentina para que no se habilite el Canal Magdalena.
Lo que no tiene nada de malo
porque ellos defienden sus intereses. Lo insoportable y estúpido es que
la Argentina no defiende los
suyos.
En tales circunstancias, la
última semana trascendió que el gobernador santafesino, Omar Perotti, estaría
impulsando al ex jefe de gabinete del Ministerio de Transporte en la gestión de
Mario Meoni, el santafesino Abel De Manuele, con silla actual como gerente
general del Ente Regulador de la famosa "Hidrovía".
En un contexto en el que
sobran rumores de que el Sr. Orduna no cumplirá ni un mes a cargo del Canal, la
ilusión de muchos la semana pasada parece desvanecerse como cualquier mal aire
en un salón. Pero lo más grave es que ya estaría decidido el nombre de su
sucesor: el Sr. Abel de Manuele, de origen radical y quien habría sido hombre
de confianza de Guillermo Dietrich durante el desastre macrista. Y de quien
fuentes responsables aseguran que fue el redactor del ominoso decreto 949/20.
Inevitable quedar en modo
espera.
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