Toma
de decisiones: De la teoría del caos a la psicología
(Por Daniel Piorun, http://www.degerencia.com/dpiorun)
Caos no significa
desorden ni comportamiento aleatorio, son sistemas complejos “no lineales”, que
tienen entre otras propiedades, un comportamiento ordenado y razonable, bajo un
disfraz lleno de opuestos y un “aparente” desorden. Por ejemplo, las
organizaciones y la economía, son sistemas complejos y caóticos.
La alta sensibilidad a las condiciones
iniciales de estos sistemas, es conocida como el “efecto mariposa de Lorenz”,
(matemático y metereólogo, que trabajó en este tema en la década de 1960), el
cual dice que “un aleteo de una mariposa en California puede generar un tornado
en Japón”. Son sistemas irreversibles, partimos de un estado X y luego el
sistema pasa a un estado Y, pero si pudiéramos volver marcha atrás, no
volveríamos a X dado que es un sistema complejo, “tal como es la realidad” y en
cada transformación se pierde información, por lo cual nunca se pueden
reproducir exactamente las mismas condiciones.
Vale el conocido
ejemplo que, si colocamos un corcho en lugar preciso de un río y luego
verificamos varios kilómetros delante, pasando por varias cascadas, el lugar
donde llegó dicho corcho, la explicación del comportamiento del mismo para
llegar a dicho lugar va a ser lógica y fue regida por leyes de gravedad y
fuerza, pero si hubiéramos querido predecirlo, sería imposible, pues estamos
frente a un sistema complejo/caótico donde si repetimos el experimento con
otros corchos, todos tendrán un destino diferente.
A esto se refiere el
concepto de “sensibilidad a condiciones iniciales”, solo una condición
diferente e imperceptible (una ramita, un poco menos de viento, una piedrita)
cambian en forma sensible la trayectoria que sumados a otros acontecimientos
imperceptibles, logran un resultado final “totalmente distinto” e imposible de
predecir.
Cada momento del
sistema es único, por eso la forma de estudiar estos sistemas de
comportamiento, no es con modelos deterministas predecibles, sino con modelos
de simulación que hacen miles de recursividades (tomar el resultado de una
acción como input de la siguiente) y los resultados son “escenarios y
tendencias” probables.
De ello surge la
premisa que cualquier pequeña diferencia al inicio puede generar grandes e
impredecibles diferencias al final (como la “Mariposa” ), -no como en los
sistemas lineales donde cualquier diferencia al inicio es proporcional y
factible de calcular la diferencia al final-.
Si aplicamos esto a
las organizaciones o las personas, un pequeño cambio en una decisión inicial
puede generar resultados totalmente diferentes al cabo de varios ciclos de
decisiones (recursivas) en el tiempo, o sea el resultado de cada decisión
genera los datos iniciales para tomar otra decisión.
Es importante,
considerar que TODAS las decisiones tienen un componente de “beneficio” y otro
de “costo” (algún aspecto negativo que genera la misma, visible u oculto,
aunque en el límite tan solo sea el costo de oportunidad de haber podido tomar
alguna decisión mejor). En general las decisiones que toma la gente, generan
rápidos beneficios y disparan en el tiempo los costos, con lo cual tienden a
pensar erróneamente que el costo es cero.
Si asociamos entonces
el concepto de “costo de la decisión” al del “comportamiento caótico”,
llegaremos a un análisis muy rico y preocupante: el costo (problema,
restricción, efecto negativo, etc.) de una decisión, será el input de la
siguiente y así sucesivamente en forma recursiva, de manera tal que al cabo de
varios ciclos en el tiempo, pequeños costos iniciales pueden generar, grandes
variaciones de situación con altos costos finales. Esto –tal como se mencionó-
es explicable lógicamente una vez que sucedió pero imposible de predecir
exactamente antes, razón por la cual hay que ser muy precavidos en el análisis
de costos de cada decisión por pequeño que parezca.
Entonces, el estado
de situación de una organización o una economía o una persona en un momento
determinado, es la consecuencia ordenada y lógica de decisiones recursivas
tomadas, y los males actuales no son otra cosa que la acumulación de costos.
Decisiones no
racionales
Dado esto, es
menester entrenar a los tomadores de decisiones, en el análisis de las mismas y
el diagnóstico a priori de los costos futuros y ocultos (que son los más
difíciles), con el fin de minimizarlos o al menos saber que va a suceder. Uno
de los factores que mayor problemas generan en este proceso, es la toma de
decisiones no racionales (o sea emocionales).
Desde que Goleman,
escribió en la década pasada el libro “La inteligencia Emocional” y comenzó a
expandirse entre otros, la “Ontología del Lenguaje”, mucho camino se ha
recorrido, y el coaching personal y empresarial ha dado un salto cualitativo
enorme, pues los beneficios son muy grandes: “entrenar a la gente para la toma
de decisiones no emocionales con el fin de bajar los costos de las mismas, lo
cual influye drásticamente en mejor eficiencia en el logro de objetivos”.
Desde la visión
psicológica, el hecho consumado, no debería ser más, que la vieja pero adecuada
premisa de “hacerse cargo”, de lo que cada uno como adulto genera, dado que es
una cualidad de los adultos, la de decidir, por eso es importante (si uno lo
desea) saber decidir mejor.
Será acaso esta
explicación racional, lo que sustenta la vieja frase popular de nuestros
abuelos, acerca de que “cada uno tiene lo que se merece”? o sea lo que fue
capaz de decidir....
(http://www.degerencia.com/articulo/
toma_de_decisiones_de_la_teoria_del_caos_a_la_psicologia)
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